El Observador / Redacción.
La pandemia que aqueja al mundo está en estos momentos provocando un notable aumento en el número de contagios, ya sea por la enfermedad original o bien por alguna de las variantes de coronavirus de más reciente aparición, como la británica, la sudafricana, la japonesa o la australiana.
Y esto implica que, en todos los estratos de la población, incluyendo al clero, el índice de personas enfermas y fallecidas se hace más evidente. Lo sacerdotes muertos en todo el orbe como consecuencia de la pandemia suman varios cientos.
Semana mortal
En cuanto a los obispos, en un período de apenas siete días, que va del 8 al 14 de enero de 2021, fallecieron a nivel mundial un total de diez, diagnosticados todos con covid 19, lo que la convierte hasta ahora en la semana más terrible para el episcopado.
Cástor Oswaldo Azuaje Pérez, obispo de Trujillo (Venezuela), de 69 años, murió el 8 de enero. Adam Dyczkowski, obispo emérito de Zielona Góra-Gorzów (Polonia), falleció el 10 de enero, teniendo 88 años.
Florentin Crihalmeanu, obispo de la eparquía greco-católica de Cluj-Gherla (Rumania), murió el 12 de enero, a los 61 años de edad.
El obispo Oscar Rizzato, limosnero papal desde 1989 hasta 2007, es decir, en los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, falleció el 11 de enero, a la edad de 91 años.
Ese mismo día, 11 de enero, murió Luis Adriano Piedrahita Sandoval, obispo de Santa Marta (Colombia), con 74 años.
Cuatro en una jornada
Moses Hamungole, obispo de Monze (Zambia), falleció el 13 de enero, a los 53 años de edad.
Igualmente, Mario Cecchini, obispo emérito de Fano-Fossombrone-Cagli-Pergola (Italia), falleció el 13 de enero, a los 87 años de edad.
El deceso de Philip Tartaglia, arzobispo de Glasgow (Escocia), también ocurrió el 13 de enero, a sus 70 años de edad.
Y Eusebio Scheid, cardenal y obispo emérito de emérito de San Sebastián de Río de Janeiro (Brasil), fue el cuarto obispo en morir el 13 de enero; en su caso, con 88 años de edad.
El 14 de enero Vincent Logan, obispo emérito de Dunkeld (Escocia), falleció a los 79 años de edad.
Los anteriores
Pero a esta decena de altos prelados llamados a la Casa del Padre hay que agregar los que partieron en los meses anteriores por causa de la pandemia, entre ellos cuatro de los —hasta el cierre de esta edición— cinco obispos mexicanos que han muerto por el coronavirus; Angelo Moreschi, misionero salesiano, y vicario apostólico de Gambella (Etiopía), que el 25 de marzo de 2020 se convirtió de hecho en el primer obispo en fallecer por covid; Henrique Soares da Costa, obispo de Palmares (Brasil), que partió de este mundo el 18 de julio; Bogdan Wojtus, obispo auxiliar emérito de Gniezno (Polonia), fallecido el 20 de octubre, o el obispo auxiliar emérito de Milán (Italia), Marco Virgilio Ferrari, de 87 años, muerto el 23 de noviembre.
Los posteriores
Igualmente, hay que comenzar a sumar a los prelados fallecidos después de esa semana mortal comprendida del 8 al 14 de enero, y que hasta ahora son los siguientes:
El cardenal Wilfried Napier, arzobispo coadjutor de Durban (Sudáfrica), que murió el domingo 17 de enero.
Y Francisco Daniel Rivera Sánchez, de 65 años, obispo auxiliar de la arquidiócesis de México, que falleció el 18 de enero.
TEMA DE LA SEMANA: “EL COSTO DE SER IGLESIA EN SALIDA DURANTE LA PANDEMIA”
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 24 de enero de 2021. No. 1333