El 11 de febrero de 1858, en la villa francesa de Lourdes, a orilla del río Gave, la adolescente de 14 años Bernadette (Bernardita) Soubirous (1844-1879), estaba buscando leña junto a la gruta de Massabielle cuando se le apareció “una bellísima Señora, tan hermosa, que cuando se le ha visto una vez, uno querría morirse con tal de lograr volverla a ver… La hermosa Señora me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Pero yo no me atrevía…. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas, Ella escuchaba las Avemarías sin decir nada… Y cuando yo decía el Gloria al Padre, Ella lo decía también… Terminando el rosario, me sonrió otra vez y, retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció”.
Bernadette regresó otro día a la gruta, y la Virgen volvió a aparecerse y le dijo: “Ven aquí durante quince días seguidos”. En total la Madre de Dios se le apareció 18 veces.
El 21 de febrero la Virgen miró con tristeza hacia la multitud y dijo: “Es necesario rezar por los pecadores”. El 24 de febrero insistió a Bernadette: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!”.
El 25 de febrero, la Santa Madre le dijo: “Vete a tomar agua de la fuente”, y Bernadette creyó que le pedía que tomar agua del río Gave, pero la Virgen le señaló donde escarbara en el suelo. Al obedecer, comenzó a brotar agua, y desde entonces aquel manantial ha manado sin cesar un agua prodigiosa que ha conseguido milagrosas curaciones de miles y miles de enfermos.
El 25 de marzo la Señora le dijo a la muchacha: “Soy la Inmaculada Concepción”. Aunque 4 años antes el dogma de la Inmaculada Concepción había sido definido por Pío IX, el común de los fieles católicos sencillos nada sabía de ello, incluida Bernadette.
La última aparición fue el 6 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen. En 1862 el obispo del lugar reconoció la autenticidad de las apariciones.
En 1866 Bernadette se hizo monja del convento de las Hermanas de la Caridad de Nevers. Murió a los 35 años de edad, y su cuerpo se encuentra incorrupto. Fue canonizada por Pío XI en 1933.
La fiesta de Nuestra Señora de Lourdes se celebra el día de su primera aparición, el 11 de febrero. En 1992 Juan Pablo II instituyó el 11 de febrero como Jornada Mundial del Enfermo.
TEMA DE LA SEMANA: «LOURDES: LA LLAMA VIVA DE LA FE»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 7 de febrero de 2021 No. 1335