Muchos mensajes que circulan en las redes sociales aseguran que las farmacéuticas usan células de fetos abortados para fabricar sus vacunas contra la covid-19. Es FALSO. Ninguna de las vacunas autorizadas por las agencias de regulación de medicamentos del mundo contiene este tipo de células.
“Las farmacéuticas usan células de fetos abortados para fabricar sus vacunas contra la covid-19”
El origen de este bulo está relacionado con las técnicas de fabricación de las vacunas y que habitualmente usan para ello líneas celulares, unas células de laboratorio que se reproducen sin parar y que se crearon hace décadas usando células extraídas de fetos abortados legalmente.
En el contexto del SARS-CoV-2, Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca/Oxford han fabricado vacunas contra la covid-19 empleando la línea celular conocida como HEK 293, creada a partir de células de riñón extraídas de un feto abortado legalmente en 1973. Janssen, por su parte, utiliza la línea celular PER.C6, que tiene patentada y que proviene de células de retina de un feto abortado legalmente en 1985.
En consecuencia, las vacunas contra la covid-19 no se fabrican con células procedentes directamente de bebés humanos abortados, sino de unas células creadas por científicos hace casi 50 años que se reproducen continuamente en el laboratorio.
La línea celular HEK 293
La HEK 293, muy utilizada en investigaciones, “es una línea que se usa tanto en laboratorios como en empresas biofarmacéuticas porque estas células producen gran cantidad de proteínas”, explica a Verificat la doctora en Biología Celular e Inmunología Montse Plana, investigadora del instituto IDIBAPS adscrito al Hospital Clínic de Barcelona. “Se usan como pequeñas fábricas para poder producir la proteína que luego se utilizará en un fármaco porque es muy fácil de producir en grandes cantidades y muy rápido. Es la ventaja de usar (este tipo de) cultivos celulares”.
Una vez fabricada la proteína en estos cultivos, “se extrae, se limpia y se purifica, y lo que queda es lo que se usa en los ensayos clínicos”, detalla Plana. En consecuencia, el material introducido en las fórmulas para fabricar las vacunas contra la covid-19 son proteínas creadas a partir de células clonadas de un tejido humano, en ningún caso células extraídas directamente de un feto abortado.
Pfizer/BioNTech y Moderna han creado vacunas a través de la tecnología ARNm, que enseña a las células a producir la proteína Spike, presente en la superficie del SARS-CoV-2, para desencadenar una respuesta inmunitaria en el organismo contra el virus. Ambas farmacéuticas usaron la HEK 293 en el diseño de la estructura de sus composiciones durante la fase preclínica. AstraZeneca/Oxford, por su lado, incluye las proteínas creadas a partir de esta línea celular en la producción de su fórmula.
La línea celular PER.C6
Janssen, con línea celular PER.C6, ha creado una vacuna de vector viral, usando un virus distinto al SARS-CoV-2 para infectar una célula y enseñar al organismo a producir la proteína Spike y por lo tanto a generar anticuerpos a través de la maquinaria celular.
Las vacunas contra la varicela, la rubéola, la hepatitis A y la rabia también usan líneas celulares.
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