La farmacéutica alemana CureVac ha desarrollado la fórmula candidata a vacuna CVnCoV, que se encuentra actualmente en dos ensayos clínicos de fases 2/3 y 3, para evaluar su eficacia, seguridad e inmunogenicidad. La empresa anunció el 19 de abril que habían iniciado los trámites para pedir su aprobación. Se trata de una inyección de ARN mensajero que lleva las ‘instrucciones’ para fabricar la proteína Spike (S), una tecnología similar a las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna. Sin embargo, a diferencia de sus competidoras, el ARN a inyectar se ha desarrollado con nucleótidos naturales (la base del material genético) y no artificiales como las otras dos vacunas hechas con esta tecnología. Igual que las vacunas de Pfizer y Moderna, CVnCoV está ensayada con una línea celular, en este caso de origen tumoral y no embrionario como en las dos anteriores.
El ARN es una cadena muy larga de cuatro nucleótidos diferentes cuyo orden va cambiando, también el del SARS-CoV-2. Como un candado numérico con miles de ruedecitas, pero cada una de ellas con sólo con cuatro opciones: A, C, G y U (T en el caso del ADN), donde cada letra representa a un nucleótido diferente. Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna utilizan ARN de nucleótidos modificados: uno de ellos, el uracilo, U, se cambia por un nucleótido artificial, para hacer más estable la molécula, que por sí misma es muy frágil.
Cambios en la proporción
La vacuna de CureVac utiliza sólo nucleótidos naturales, que forman el ARN que irá envuelto en unas cápsulas lipídicas para proteger su camino hasta las células. En vez de cambiar la naturaleza de las moléculas (son naturales en vez de artificiales), la farmacéutica alemana altera su proporción, consiguiendo una mayor estabilidad. “Aumentan el porcentaje de C y G [dos de los nucleótidos de la cadena] para mejorar la respuesta inmune innata de la célula”, explica a Verificat Sonia Zúñiga, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). “Esto favorece toda la cascada de respuesta inmune que viene después”, es decir, facilita la creación de anticuerpos y células T, lo que conocemos como inmunidad adaptativa. En resumidas cuentas, la respuesta inmune se prevé más potente que con Pfizer y Moderna.
Es decir, la inyección de Curevac consigue despertar una respuesta inmune fuerte con una dosis menor. “En los ensayos clínicos [los científicos] utilizan una dosis mucho más baja” que las otras vacunas de ARNm, indica Zúñiga. Inyectan sólo 12 microgramos de fórmula por los 30 usados por Pfizer y los 100 de Moderna. Con el mismo material, pueden hacer más vacunas.
Estable a temperaturas relativamente altas
Uno de los aspectos más destacados de la vacuna de CVnCoV es que puede mantenerse estable a 5 ºC de temperatura durante tres meses, de manera que es posible almacenarla en una nevera convencional, a diferencia de las fórmulas de Pfizer y Moderna, que deben mantenerse a -70 y -20 ºC, respectivamente. “La capa lipídica que la envuelve”, que Curevac obtiene de una empresa canadiense, “hace que se pueda mantener tres meses a esa temperatura”, asegura la viróloga del CNB. Con esto, la candidata alemana representa una oportunidad de distribución en países en vías de desarrollo, que pueden carecer de la infraestructura para mantener las inyecciones a temperaturas muy bajas.
La línea celular HeLa
Para su desarrollo, se han realizado pruebas con la línea celular HeLa, de origen tumoral. Se trata de la línea celular humana más antigua y la más utilizada, creada en 1951 a partir de las células tumorales de una paciente que falleció de cáncer cervical. También se han realizado pruebas con proteínas y ratones de laboratorio, antes de suministrarla a seres humanos.
“Cada línea celular tiene sus ventajas e inconvenientes, y en función de las necesidades se utilizará una u otra”, explica Zúñiga. En cualquier caso, todas ellas “están establecidas en el laboratorio, y si miráramos su composición genética tendrían poco que ver con la original”, recuerda.
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