5 maneras de usar de mejor manera nuestro dinero.
Este año en México, se celebra comercialmente el llamado “Buen fin” del 10 al 16 de noviembre, estos 7 días en los que varios comercios se suman a una iniciativa que, a través de descuentos generalizados y créditos a meses sin intereses, se promueve la venta de bienes y servicios. Una estrategia inspirada en el “Viernes negro” o “Black Friday” de Estados Unidos.
Si son descuentos verdaderos no está de más aprovecharlos, si necesitamos un bien que hace mucho nos hace falta está excelente, es más, si hay una promoción para esas vacaciones que son necesarias pues es un buen momento para gastar ese dinero, fruto de nuestro trabajo.
Pero mas que guiarse por una época que está llena de gastos, valdría la pena detenerse a reflexionar si podemos hacer algo más, algo mejor, algo que sea más duradero… o algo que nos abra una puerta para estar cerca de Cristo aquí en la Tierra y después a su lado.
Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.
Aquí te dejamos 5 maneras de usar tu dinero, y que esté tenga un verdadero buen fin, son solo unas cuantas ideas… si quieres ayudar a los que más lo necesitan, que el Espíritu Santo sople sobre ti.
1) Ayuda a través de Cáritas.
En cada diócesis hay una oficina de Cáritas, es el brazo de la caridad de la Iglesia. Acércate a la oficina de tu localidad o visita el sitio web de Cáritas Mexicana, la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, allí puedes donar para ayuda a las más urgentes necesidades del país.
2) Dona en los Bancos de Alimentos.
Hay 55 Bancos de alimentos en la República Mexicana, hay mucha necesidad de ayudar a los que no tienen que comer o viven de manera tan precaria, que necesitan ese tipo de ayuda. Muchos de esos Bancos de Alimentos sostienen comedores parroquiales.
3) Regala en las Casas de Migrantes.
Aunque no hay un dato exacto, se han contabilizado más de 100 casas de migrantes a lo largo de toda la geografía de México, especialmente en las dos fronteras.
Los Misioneros de San Carlos tienen más de 34 años sirviendo pastoralmente a los migrantes en México.
Además de los Misioneros de San Carlos (Escalabrinianos), también sirven a los migrantes: Jesuitas, Salesianos, Dominicos, Escolapios, Misioneras de la Caridad, Misioneras de la Eucaristía, Comunidad María Siempre Virgen y otras congregaciones.
4) De México para el mundo por los perseguidos.
Ayuda a la Iglesia Necesitada México socorre pastoralmente a la Iglesia necesitada o que sufre persecución en cualquier parte del mundo. Su principal objetivo es estar Donde Dios llora. Aquí puedes ayudar a los hermanos de la tan dolida Haití, puedes encender una vela por Afganistán, o puedes ofrecer una misa para que sigan los sacerdotes en los lugares más lejanos, pues donde hay un sacerdote vive la esperanza. Hay muchas otras campañas.
5) No dejes a los ancianos solos.
Cada día hay más casas de ancianos, asilos que son el último paso en la vida de muchas personas, su fragilidad no impide a muchos de ellos dar bellos consejos. Acércate en tu localidad a los asilos de la tercera edad, puedes ayudar desde un paquete de galletas, una caja de la medicina que ya no usaste, hasta lo que tu corazón te indique, y si puedes brindar tu compañía pues qué mejor.
Aquí no hay enlaces a sus páginas web, viven tan precariamente que las congregaciones religiosas y las diócesis que mantienen esos asilos no tienen sitios webs.
Jesús, el evangelizador por excelencia y el Evangelio en persona, se identifica especialmente con los más pequeños. Esto nos recuerda que todos los cristianos estamos llamados a cuidar a los más frágiles de la tierra. Pero en el vigente modelo “exitista” y “privatista” no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles o menos dotados puedan abrirse camino en la vida.
Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos: los sin techo, los toxico dependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados, etc. Los migrantes me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos. (S.S. Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 209-210).
El observador de la actualidad (RHM)
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