El Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), Rodrigo Guerra, invita a participar en la celebración en honor de Nuestra Señora de Guadalupe que se realizará con el rezo del Santo Rosario en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, este domingo 12 de diciembre de 2021, a las 10.00 de la mañana (Hora de Roma).
Por Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Tomemos la Plaza de San Pedro a través de un momento de oración devota a la Virgen, de testimonio público de nuestra fe, y que todos los habitantes, desde Alaska hasta la Patagonia, anunciemos a toda la Iglesia universal, que la Iglesia en América Latina ha aprendido justamente a vivir la sinodalidad y el núcleo profundo del Evangelio gracias a María de Guadalupe”, es la invitación que dirige el Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), Rodrigo Guerra, en vista de la celebración en honor de Nuestra Señora de Guadalupe que se realizará con el rezo del Santo Rosario en la Plaza de San Pedro, el próximo domingo 12 de diciembre de 2021, a las 10.00 de la mañana.
El Santo Rosario en honor a la Morenita
El Secretario de la CAL explicó que, este año la celebración en el Vaticano, en honor a la Virgen de Guadalupe se realizará de un modo diferente. “Tradicionalmente hemos tenido cada año una Misa presidida por el Papa Francisco en honor a la Virgen de Guadalupe, en la que se convoca prácticamente a todos los visitantes y habitantes americanos residentes en Roma, a que se unan a este momento de oración y de agradecimiento por la presencia de María Guadalupe”. En esta ocasión, este año – precisó Rodrigo Guerra – ha coincidido que el 12 de diciembre cae en domingo y entonces siempre los Obispos, incluido el Papa, son libres de darle precedencia al “día del Señor” por encima de las demás fiestas y devociones y advocaciones particulares, y eso ha sucedido en esta ocasión.
Dar testimonio público de nuestra fe
Sin embargo, señaló el Secretario de la CAL, el Papa ha acogido con gran alegría la iniciativa de que los americanos “tomemos la Plaza de San Pedro” el día 12 de diciembre, a través de un momento de oración devota a la Virgen, de testimonio público de nuestra fe, y que todos los habitantes desde Alaska hasta la Patagonia, anunciemos a toda la Iglesia universal, que la Iglesia en América Latina ha aprendido justamente a vivir la sinodalidad y el núcleo profundo del Evangelio gracias a María de Guadalupe y con este gesto también manifestaremos nuestro gran cariño y adhesión al propio Santo Padre.
María de Guadalupe construya su casita en nuestros corazones
Rodrigo Guerra también señaló que, “este 12 de diciembre, en la Plaza de San Pedro los Latinoamericanos podrán expresar su fe con cantos, con sus vestidos típicos, cantando las mañanitas a la Virgen, cantando cantos de alabanza, haciendo una oración sincera y sentida a través del Santo Rosario y al final podrán consagrarse y consagrar a sus familias y al mundo entero a la Virgen de Guadalupe, para que ella construya su casita en nuestros corazones y en nuestros pueblos que hoy son tan heridos por diversos flagelos y que requieren justamente esa capacidad sobrenatural, que María Guadalupe tiene para reconciliar a los pueblos hermanos que muchas veces han quedado fracturados”.
Asamblea Eclesial una experiencia para reaprender a dialogar
Asimismo, el Secretario de la CAL explicó que, la reciente Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, “ha sido una experiencia muy bella donde hemos comenzado a reaprender a dialogar, a reaprender a caminar juntos, a reaprender a ser más inclusivos y a escuchar con atención la voz de todos los sectores de la Iglesia, inclusive de los más incómodos”. Esto es muy importante porque la fe no se hace creíble a través de sofisticados razonamientos, sino cuando de manera empírica podemos verificar que el amor es posible entre los hermanos que muchas veces nos hemos lastimado o nos hemos distanciado.
María de Guadalupe un ejemplo prototípico de sinodalidad
En este sentido, indicó Rodrigo Guerra, podemos ver a Santa María de Guadalupe y Juan Diego como ejemplos de sinodalidad. Porque ella, justamente, invita a Juan Diego a cumplir una gran misión de llevarle una buena noticia al Obispo, Juan Diego se acerca al Prelado, el Prelado le pide una prueba y justamente María se la concede y se obró un milagro extraordinario que no solo mueve a la renovación de la vida interior, sino que empíricamente permitió el mestizaje de las culturas y de los pueblos, allá en el siglo XVI y lo sigue permitiendo hasta el día de hoy a través de las múltiples advocaciones marianas en todo el continente americano. “Así, la Asamblea, en cierto sentido puede mirar también en María de Guadalupe un ejemplo prototípico de sinodalidad, en donde la sinodalidad y la comunión van siempre de la mano, pero conscientes de que sinodalidad sin comunión puede volverse populismo eclesiástico, comunión sin sinodalidad puede prestarse a rigideces y estereotipos malsanos de tipo clerical. Ambas cosas, sinodalidad y comunión de la mano y siguiendo el ejemplo de San Juan Diego y de María de Guadalupe hoy nos pueden ayudar a dar nuevos pasos de renovación para la Iglesia y para la sociedad, en todo el Continente americano”.
Celebrar el Jubileo Guadalupano y Jubileo de la Redención
Finalmente, el Secretario de la CAL dijo que, el Papa en la Asamblea Eclesial Latinoamericana me hizo mención de algo maravilloso, que nos debemos de preparar espiritualmente y testimonialmente para el Gran Jubileo Guadalupano en el año 2031 y para el Gran Jubileo de la Redención en el año 2033. “Por ello, este domingo en la Plaza de San Pedro damos un primer paso en ese camino de preparación, la preparación debe ser orante y testimonial, discipular y misionera, sinodal y comunional, para que realmente lleguemos al año 2031 con una ofrenda de frutos de evangelización, de Iglesia en salida, inculturada, a darle gracias a María de Guadalupe por su compañía, por su protección y de esta manera entonces también nos preparemos al Gran Jubileo de la Redención en el año 2033.
“Creo que este horizonte 2031 – 2033 que el Papa nos está señalando hoy – concluyó Rodrigo Guerra – abre una gran oportunidad para que muchos esfuerzos que el Santo Padre y los Obispos en comunión con él, están haciendo para renovar a la nuestra Iglesia y desde allí renovar a la sociedad, para que realmente tengan una dirección precisa con un gran, por así decirlo, icono que nos convoca que es Santa María de Guadalupe, que anuncia no a sí misma, sino a su Hijo y que todos celebraremos en el año 2033 seguramente con gran alegría”.