Terra Sancta México se creó con la intención de promover los apostolados, pero la pandemia y las distintas necesidades dentro de la Iglesia, llevaron a Ana Paula Morales, directora ejecutiva de la organización, a promover la oración simultánea nivel mundial

Por Rubicela Muñiz

Ana Paula, como directora de Terra Sancta México, nos puedes compartir un poco sobre la labor de esta organización.

Terra Sancta surge de la mano del padre Juan Solana con el fin de hacer una oficina de promoción del Regnum Christi (RC), de sus apostolados de Tierra Santa, pero principalmente en México. El fin de la organización es promover el voluntariado, la renovación sacerdotal, los ejercicios espirituales itinerantes, Magdala, y en sí es lo que hacemos.

Dentro de todo lo que es este proyecto, se ha incluido la oración masiva, ¿cómo es esto? ¿Cómo ha resultado?

En octubre la oficina de comunicación del RC en México me invitó a rezar el rosario. Fue por Instagram y fue entre apostolados del RC en México. Y esto surge simplemente por la inspiración de rezar el Santo Rosario a propósito del mes del Rosario, además de que seguimos en pandemia y era la oportunidad para llegar a más personas apoyados en las nuevas tecnologías. Estuve viendo cómo podía hacer algo simultáneo en las distintas redes y pensé en hacer un enlace entre Roma, Magdala y Guadalupe (México). Aprovechando que el Regnum Christi es una organización internacional y que conozco a varias consagradas en estos puntos, se pudo hacer este Rosario simultáneo y al mismo tiempo impulsar aún más el mes del Rosario.

Es importante decir que los rosarios que se han hecho hasta ahora, y los que se harán, son en alianza con Magdala, Regnum Christi, Zenit y Catholic net.

¿Cómo ha sido la respuesta con estas oraciones simultáneas?

La respuesta de la gente ha sido impresionante, esto se ha estado impulsando, como ya dije, con ayuda de Magdala, Regnum Christi, Zenit y Catholic net. El primero, que fue el 7 de octubre, se hizo entre Magdala, Roma y Guadalupe con una participación de 400 mil personas; el 25 de octubre la oración se elevó desde la Basílica de Guadalupe por los cristianos y la paz en Siria, Jerusalén, Egipto, Irak, Palestina, Gaza, a propósito del día de Nuestra Señora de Palestina; y el más reciente fue el 18 de noviembre, en la fiesta de Nuestra Señora de Chiquinquirá, por la paz y la estabilidad en Venezuela, al que se unieron cinco obispos y un cardenal desde Venezuela. Además, monseñor Ramón Castro, el nuevo secretario de la CEM, dio un mensaje de hermandad.

¿Cómo es que eligen la causa por la que se ofrecerá el Rosario?

Desde que tenía mi primer proyecto llamado Night Fever, que eran noches de adoración, ya tenía esa sensibilidad por los cristianos perseguidos e igual cuando empezó el conflicto en Irak. Me mueve mucho el ver cuánta gente sufre por su fe y más en la tierra de Nuestro Señor. Así, por ejemplo, se me ocurrió hacer ese Rosario por la paz en Medio Oriente. Me he preguntado cómo es que sale esto del Rosario, pero yo en oración le digo a Dios: “Señor, me has dado muchos contactos, estoy en esta posición, ¿qué es lo que quieres que haga? ¿Qué puedo hacer para ayudar a los demás?” Yo quería hacer algo por Venezuela y anteriormente ya había contactado a unos obispos venezolanos y los volví a contactar para saber cómo estaba la situación, y fue a monseñor Ulises Gutiérrez a quien le dije que quería hacer algo por Venezuela, que quería rezar por ella. Es así como surgen las inspiraciones. El siguiente Rosario será por México, en torno a la Virgen de Guadalupe.

Finalmente, ¿por qué cómo cristianos debemos rezar el Santo Rosario por nosotros, pero sobre todo por los demás?

A mí me costaba mucho trabajo rezar el Rosario, pero poco a poco le fui encontrando cariño al contemplar y meditar los misterios de la vida de Jesús. Y cuando empecé a descubrir la maternidad de María hacia mí, y de su importancia, fue cuando me enamoré del Rosario, pues me ayuda a devolver la mirada, a contemplar, a rezar. La oración en comunidad es básica, porque venimos solos al mundo, pero nacemos en comunidad por medio de un padre, de una madre y el rezar unos por otros hace justo la comunión de los santos que nos hace obtener mayores gracias, porque justo ahí está el amor al prójimo. Una forma de darse al prójimo es por medio de la oración, por medio de actos y yo sí he comprobado que por medio de la oración muchísima gente se puede curar. Es impresionante y ampliamente les recomiendo hacerlo.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 28 de noviembre de 2021 No. 1377

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