Hoy comenzamo el tiempo que el Señor nos ofrece para regresar a Él, y hoy recordamos el mensaje que el Papa Francisco dirigió el Miércoles de Ceniza del 2021 a propósito del inicio de la Cuaresma

Redacción

En su mensaje del Miércoles de Ceniza del 2021, el Papa Francisco señaló que el camino de la Cuaresma es tal como lo indica el profeta Joel, pues hay una invitación que nace del corazón de Dios, que con los brazos abiertos y los ojos llenos de lágrimas nos suplica: «Vuélvanse a mí de todo corazón» (Jl 2,12). Vuélvanse a mí.

La Cuaresma, dijo Francisco, es un viaje de regreso a Dios, “cuántas veces, ocupados o indiferentes, le hemos dicho: ‘Señor, volveré a Ti después, espera… Hoy no puedo, pero mañana empezaré a rezar y a hacer algo por los demás’. Y así un día después de otro. Ahora Dios llama a nuestro corazón. En la vida tendremos siempre cosas que hacer y tendremos excusas para dar, pero, hermanos y hermanas, hoy es el tiempo de regresar a Dios”.

Volver con todo el corazón

Y agregó, “vuélvanse a mí, dice el profeta, con todo el corazón. La cuaresma es un viaje que implica toda nuestra vida, todo lo que somos. Es el tiempo para verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo. La cuaresma no es hacer un ramillete espiritual, es discernir hacia dónde está orientado el corazón. Este es el centro de la cuaresma: ¿Hacia dónde está orientado mi corazón? Preguntémonos: ¿Hacia dónde me lleva el navegador de mi vida, hacia Dios o hacia mi yo? ¿Vivo para agradar al Señor, o para ser visto, alabado, preferido, puesto en el primer lugar y así sucesivamente? ¿Tengo un corazón “bailarín”, que da un paso hacia adelante y uno hacia atrás, ama un poco al Señor y un poco al mundo, o un corazón firme en Dios? ¿Me siento a gusto con mis hipocresías, o lucho por liberar el corazón de la doblez y la falsedad que lo encadenan?”.

Un éxodo de la esclavitud a la libertad

El Papa reflexionó que el viaje de la cuaresma es un éxodo, es un éxodo de la esclavitud a la libertad. “Son cuarenta días que recuerdan los cuarenta años en los que el pueblo de Dios viajó en el desierto para regresar a su tierra de origen. Pero ¡qué difícil es dejar Egipto! Fue más difícil dejar el Egipto que estaba en el corazón del pueblo de Dios, ese Egipto que se llevaron siempre dentro, que dejar la tierra de Egipto… Es muy difícil dejar el Egipto. Siempre, durante el camino, estaba la tentación de añorar las cebollas, de volver atrás, de atarse a los recuerdos del pasado, a algún ídolo. También para nosotros es así: el viaje de regreso a Dios se dificulta por nuestros apegos malsanos, se frena por los lazos seductores de los vicios, de las falsas seguridades del dinero y del aparentar, del lamento victimista que paraliza. Para caminar es necesario desenmascarar estas ilusiones”.

Al polvo volveremos

La Palabra de Dios, agregó, “nos pide que volvamos al Padre, nos pide que volvamos a Jesús, y estamos llamados a volver al Espíritu Santo. La ceniza sobre la cabeza nos recuerda que somos polvo y al polvo volveremos. Pero sobre este polvo nuestro Dios ha infundido su Espíritu de vida. Entonces, no podemos vivir persiguiendo el polvo, detrás de cosas que hoy están y mañana desaparecen. Volvamos al Espíritu, Dador de vida, volvemos al Fuego que hace resurgir nuestras cenizas, a ese Fuego que nos enseña a amar. Seremos siempre polvo, pero, como dice un himno litúrgico, polvo enamorado. Volvamos a rezar al Espíritu Santo, redescubramos el fuego de la alabanza, que hace arder las cenizas del lamento y la resignación”.

Y finalizó, “bajemos la cabeza para recibir las cenizas. Cuando acabe la Cuaresma nos inclinaremos aún más para lavar los pies de los hermanos. La Cuaresma es un abajamiento humilde en nuestro interior y hacia los demás”.

TEMA DE LA SEMANA: “¿Y SU FUERA ÉSTA TU ÚLTIMA CUARESMA?»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 27 de febrero de 2022 No. 1390

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