PREGUNTAS DE NIÑOS
A Judas el traidor se le conoce como Isacariote (Ish-Keriot), porque había vivido casi toda su vida en el poblado de Keriot.
Diversos santos y místicos han explicado que Judas Iscariote pensaba que Jesús estaba por levantar un reino terrenal, y el traidor se hizo discípulo para tener derecho a su reino, imaginando que recibiría honores y riquezas. Judas “era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, se llevaba lo que echaban en ella” (Juan 16, 6).
Pero el reino terrenal no llegaba, y los sacerdotes y fariseos perseguían cada vez más a Jesús y a sus discípulos, por lo que a veces tenían que irse a lugares lejanos (ver Juan 11, 53-54). Y, al decepcionarse por todo aquello, Judas ya sólo pensó en el dinero y en quedar bien con los poderosos, así que fue con los jefes de los sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me darán si les entrego a Jesús?” (Mateo 26, 15).
Como Cristo es Dios, Él ya sabía que Judas lo traicionaría; por eso hay quienes creen equivocadamente que Jesús dio a Judas la misión de entregarlo para que así se cumplieran las Escrituras. Sin embargo, Judas no actuó inspirado por Dios, sino que fue el diablo quien “había depositado en el corazón de Judas Iscariote el propósito de entregarlo” (Juan 13, 2).
El diablo tentó, pero no obligó a Judas; la traición fue decisión de Judas. Y no hay duda —aunque la Biblia no diga directamente mucho de esto— de que el Señor intentó todo para redimir a Judas. Pero Judas no lo aceptó como su Señor y, por tanto, no podía ser tampoco su Salvador: en la Última Cena todos llaman “Señor” a Jesús (Mateo 26, 22), excepto Judas, que sólo lo llama “Maestro” (Mateo 26, 25).
TEMA DE LA SEMANA: «CRISTO CRUCIFICADO O LA POESÍA DEL AMOR»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 10 de abril de 2022 No. 1396