Por Martha Morales
Narra Juan Manuel Cotelo
Un día Juan Manuel abrió su computadora. Apareció uno que había matado 35 mil personas. Otro había matado a15000, y el que menos, a 600.
Una mujer llamada Cecilia, madre de dos hijos, había quedado parapléjica (paralizada de la mitad inferior del cuerpo) por la paliza que le dio el marido. Éste la dio por muerta, pero quedó viva y sus dos hijos la escondieron. Pasaron dos años, no podía hacer nada, pero rezaba el Rosario y leía la Biblia. Más adelante, adoptó a diez niños de la calle, de ellos ahora cinco son sacerdotes.
Dios le propone un plan estúpido a la “necia del mundo”. El Señor le planteó ir a buscar a las personas violentas y hablarles del amor de Dios. En su silla de ruedas iba a buscar a esas personas, y les decía:
– Tengo una noticia que darte: Eres amado, eres deseado, eres incondicionalmente querido por Dios, eres perdonado, pero sólo tienes que ir a pedir el perdón.
Durante 29 años hizo esa labor y sólo recibió amenazas y burlas.
Después de 15 años uno de sus hijos le dijo:
– Tú estás loca, me voy porque no te aguanto.
La mamá contestó:
– No te vas. Yo te echo, vuelve cuando sepas barrer.
Se fue a Estados Unidos y acabó siendo el diseñador de escaparates de Bulgari.
Allá se topó con un sacerdote colombiano, quien preguntó:
– ¿Eres hijo de Cecilita?
– Sí.
– ¿Y qué haces por ella?
– Le mando plata.
– Tienes que ir a verla y dar la vida como ella.
El hijo vuelve a Colombia, y su madre lo recibe con todo cariño y le pregunta:
– ¿Has aprendido a barrer?
– Sí.
Le pidió que tuviera la gentileza de arreglar un lugar como si fuera albañil. Lo metió en una capilla que estaba destrozada porque allí interrogaban y quizás torturaban a la gente, porque había sangre. La mamá le pidió que barriera y compusiera el lugar. Y empezó a hacerlo, y cuando estaba en esa faena entraron unos encapuchados, y uno preguntó:
– ¿Y usted, por qué hace esto?
El chico contestó:
– Por qué quiero ir al Cielo.
A lo que contestó el paramilitar:
– ¿Y usted por qué lo sabe?
Y éste que iba improvisando dijo:
– Por qué lo pone la Biblia.
Abrió la Biblia al azar, encontró la carta de San Pablo a los corintios, y leyó: El amor todo lo puede, no se engríe, todo lo espera.
Los encapuchados se fueron, pero volvieron al cabo de unos días y se lo llevaron a su guarida, donde había una fiesta del jefe. El jefe lo invitó a comer y comentó:
– Quiero ir al Cielo, ¿qué tengo que hacer?
El hijo de Cecilia contestó:
– Es muy fácil, tiene que ir a recoger el perdón de Dios y tiene que pedir el perdón a los hombres, tiene que ir a la cárcel.
Ese día de su cumpleaños el jefe les dijo:
– Me voy a la cárcel, ¿quién viene conmigo?
Ese día se entregaron 11 jefes de los paramilitares. Un mes más tarde se entregaron mil paramilitares con todo y sus armas. ¿Quién metió a 1011 paramilitares a la cárcel? La parapléjica, la necia, que rezó.
Al día siguiente Cecilita murió.
Los que se iban a encarcelar le pusieron al gobierno unas condiciones: Tendrían al Señor sacramentado en la cárcel, contarían con un sacerdote, y salir de la cárcel para pedir perdón a las víctimas una a una.
Esos encarcelados me pidieron hacer una película sobre el perdón. Fui a Colombia y presencié esas escenas de pedir el perdón a las víctimas. Una víctima le dijo al criminal, que estaba de rodillas, que no podía perdonar, que lo iba a matar y le mentó a la madre…
Video del Coloquio con Juan Manuel Cotelo (26 de mayo de 2017)
Un adelanto de la película «El Mayor Regalo» Encuentros en Colombia