La memoria siempre tendrá presente los lapsos felices junto a los padres, evitando en los hijos los vacíos emocionales

Por Mónica Muñoz

En la actualidad, tenemos muchas posibilidades para recibir educación académica, basta con entrar a las redes sociales para encontrarnos con que la oferta es muy amplia, existen todo tipo de cursos, desde cocina hasta especialidades en medios digitales, simplemente hay que tener internet y un celular para ello. Por supuesto, nada garantiza que el estudio tenga validez oficial, sin embargo, hay opciones que bien pueden ayudar a quien desee capacitarse a adquirir nuevos conocimientos. El punto es, tener ganas de superarse.

Lo cierto es que, además de la educación primaria y secundaria, que se supone que en México es gratuita y obligatoria, para alcanzar un estatus económico más alto se requiere de estudios que permitan a la persona, aspirar a tener un mejor trabajo, porque la vida es demasiado cara y no alcanza el sueldo de uno solo para cubrir todas las necesidades que se tienen hoy en día.

El tiempo con los hijos

Pero, además de la formación académica, se requiere con urgencia que los niños reciban educación en su casa. Parece que es la historia sin fin, recordar constantemente que la situación que vivimos en nuestro país es consecuencia de los problemas que aquejan a las familias, comenzando con la ausencia de los padres que tienen que salir a trabajar y dejar a sus hijos encargados o en alguna guardería.

Hace unos días, alguien me comentaba que, cuando sus hijos eran pequeños, se vio en la necesidad de contratar el servicio de una guardería en la que recibían a sus niños a las 7 de la mañana, y por la tarde, si se retrasaba un poco, tenía que esperar a que les dieran de merendar para dejarlos salir hasta las 6 y media de la tarde. ¡Casi 12 horas sin verse!

Este caso refleja la realidad de muchas familias, que, si no se tienen los cuidados necesarios, puede derivar en problemas emocionales y psicológicos en los niños y adolescentes que llegan a la juventud con sentimientos de abandono por parte de sus padres.

En estas circunstancias, ¿cómo debe procederse? Por supuesto, lo más importante es la relación entre padres e hijos. Cuando son pequeños no entenderán la razón de la separación, sin embargo, es posible amortiguar el golpe aprovechando todo el tiempo que se ven, lo que se llama, pasar tiempo de calidad con ellos, lo que requiere dejar de lado las distracciones y olvidar la comodidad, es lógico que después de una jornada de trabajo, papá y mamá estén cansados y deseen reposar, pero también es preciso dar esos momentos a los pequeños para que sientan que el tiempo que no estuvieron con ellos, es recuperado con esas pocas horas que tienen para convivir como familia.

Además, conforme van creciendo los niños, habrá que platicar con ellos, interesarse en sus actividades y quehaceres de la jornada, jugar un rato, ayudarlos a preparar sus cosas para el día siguiente y comer juntos, serán momentos irremplazables con los que irán construyendo recuerdos felices, sintiendo que siempre fueron amados e importantes para sus padres.

Los hijos son la prioridad

Por eso, es necesario que los papás y mamás recuerden que su prioridad deben ser siempre sus hijos, si la razón por la cual trabajan tanto es la de darles un mejor nivel de vida, esta debe incluir la educación en valores y tiempo de calidad entregado a la formación emocional y espiritual de los niños, nada podrá reemplazar su ausencia, el vacío que deja alguno de los progenitores será profundo si no se busca la manera de mitigarlo con presencia activa.

Al respecto, creo que todos guardamos recuerdos con nuestros papás, sobre todo aquellos en los que convivíamos con ambos y realizábamos alguna actividad juntos, no importando cuantas horas estuvimos lejos de ellos, la memoria siempre tendrá presente esos lapsos felices que nos harán disfrutarlos aún después de muchos años y de haber hecho nuestras vidas.

Y si le agregamos todas las enseñanzas que recibimos de ellos, caeremos en la cuenta de que nada más grato podrán dejar también los padres a sus hijos, si se esmeran y dedican a darles todo su amor mediante la convivencia con ellos. Solo así podrán cumplir con su grave tarea de formar y educar hombres y mujeres de bien. No lo olviden, por favor, recuerden que algún día, darán cuentas a Dios de ellos.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 22 de mayo de 2022 No. 1402

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