La alegría del evangelio está en las redes sociales gracias a los consagrados que, no contentos con rendir frutos en sus lugares de trabajo, generan contenido para las plataformas digitales. Es el caso del padre Juan Carlos Arias Bonet, director de la sección de jóvenes del Regnum Christi Aguascalientes, quien se define como coach de fe y vida.
Por Rubicela Muñiz
Padre Juan, háblenos un poco sobre usted y cómo es que decide optar por el sacerdocio.
▶ Soy Juan Carlos Arias Bonet, de El Salvador y tengo 31 años. Desde chico me han gustado los deportes, ayudar a los demás y la cercanía con Dios. Encontré esta combinación en un movimiento de la Iglesia católica llamado Regnum Christi. A los 16 años fue la primera vez que pensé en la posibilidad de que Dios me llamará al sacerdocio. Es muy difícil explicar lo que siente el corazón en ese momento, donde Dios te pide que dejes todo para seguirlo particularmente a Él. Pero es algo tan real, que no puedes ignorarlo y dejarlo de lado.
Se define como deportista, ¿qué deporte le gusta practicar?
▶ Me encantan todos los deportes, he practicado: fútbol, basquetbol, voleibol, golf, tenis, squash, pádel, natación… me es difícil escoger uno, pero creo que el que más práctico en estos momentos es el fútbol. El deporte siempre me ayudó a mantenerme lejos de situaciones dañinas para mi salud y aprendí mucho del trabajo en equipo, la sinceridad, la responsabilidad y muchas otras virtudes… también aprender a perder (risas).
Ahora es muy común que religiosas y sacerdotes hagan su trabajo de evangelización en las redes sociales, pero cada uno tienen sus razones y motivos, ¿cuáles fueron los suyos?
▶ Sí, es verdad, hay muchos consagrados trabajando en las redes, sin duda alguna muchos de ellos fueron un ejemplo a seguir. Hay varios motivos por lo cual empecé esto, uno de los más grandes es que vivo con el padre Adolfo Güemes quien se dedica mucho a la evangelización de las redes. Él me guio, me aconsejó y me acompañó en este camino. Motiva mucho saber que muchas personas escuchan las palabras que dices sin importar el lugar de donde sean, la edad, ni la hora. Además, estoy seguro que mis vídeos van a seguir evangelizando incluso después de que yo muera. Otra motivación fue el tiempo de pandemia, yo terminé mis estudios y me ordené sacerdote justo en el momento pandémico, no había mucho que hacer por lo tanto, un camino para expresar todo ese deseo de comunicar la bondad de Dios, fue el de hacer vídeos sobre el Evangelio del día.
En sus videos acostumbra a hacer analogías con objetos, situaciones, frases, ¿de dónde toma la idea?
▶ Sí, intento seguir el ejemplo de Jesús. Al predicar, Él usaba muchísimos ejemplos, parábolas, historias… y siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras. La inspiración de usar algo a veces ni yo sé de dónde viene. Hay momentos en los que son más fáciles y otros un poco más complicados, pero siempre se puede encontrar algo que sea un medio para expresar el mensaje. Con el tiempo, también te vas acostumbrando a ver los objetos a tu alrededor con un poco más de cuidado y ellos mismos te hablan.
¿Ha sido difícil catequizar en el continente digital?
▶R Es difícil saber el impacto que tienes en las personas que te escuchan, pero recibo muchos mensajes de agradecimiento, de cómo tal o cuál video les ayudó. El objetivo final es que ellos se encuentren con Dios y que decidan seguirlo cada día más de cerca. Es muy bonito cuando las personas te invitan y aceptan hacerte parte de su vida cotidiana. Yo subo un vídeo diario y muchas personas me dicen que ya es parte de su rutina escuchar mis reflexiones. Para mí es un honor poder entrar la vida de las personas de esa manera.
¿Tiene la Iglesia la misma oportunidad de acercarse a los jóvenes con o sin las redes?
▶ Las redes son una gran herramienta para poder acercarse a los jóvenes, pero no es suficiente. Sin duda alguna creo que es un lugar en donde se abre, se siembra, pero necesitamos ese contacto personal con cada uno de los jóvenes. Ese contacto que solamente se puede hacer en las parroquias, en los grupos juveniles, en los movimientos… la Iglesia tiene que hacerse presente en las redes, es parte de la vida del joven de hoy. Tenemos mucho que aprender, mucho que mejorar y sobre todo tener ese deseo de ser muy profesionales en nuestra entrega por ese medio.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 22 de mayo de 2022 No. 1402