Por Joaquín Antonio Peñalosa

“Además de un acto de fe masiva y un espacio para el dolor y el desamparo, la Guadalupana es el acta de fundación del arte popular de México”, certera observación de Carlos Monsiváis.

La Virgen de Guadalupe aparece en funciones trashumantes de teatro y títeres, en abundante repertorio de ingenuos versos y coplillas, en una sinfonía de cantos para entonar en atrios y caminos, en una inmensa profusión iconográfica realizada en los más variados materiales, desde la paja y el papel hasta la madera y la piedra.

“La vida de esta Tierra cabe toda en tus manos”, escribió el pintor Ángel Zárraga en un poema. Porque la Guadalupana ha sido también inspiración del arte culto. Vaya un rápido muestrario de nuestro siglo.

  • Poesía. Desde Sor Juana Inés y Luis de Sandoval y Zapata hasta Carlos Pellicer y Rafael Bernal, han surgido, a lo largo de cuatro siglos, poemas guadalupanos escritos nada menos que en nueve idiomas, en una verdadera “inundación castálida”.
  • Arquitectura. Luce el primer monumento entre todos, la nueva Basílica del Tepeyac proyectada por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez, José Luis Benlluire, Alejandro Schonhoefer y fray Gabriel Chávez de la Mora y dedicada el 11 de octubre de 1976. Original y resplandeciente, la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Madrid, del arquitecto mexicano Enrique de la Mora, cuya estructura semeja un sombrero charro; además de la hermosa parroquia guadalupana de Roma y la capilla en las grutas de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
  • Escultura. La Virgen de Guadalupe, Reina de los mares, escultura en bronce, muy estilizada, de dos metros y medio de altura y de 450 kilogramos de peso, diseñada por el arquitecto Héctor Mestre y realizada por el escultor Armando Quezada, fue sumergida en las playas de Acapulco en 1958.
  • Pintura. Salvador Dalí realizó en 1958, una original interpretación de la Niña y Señora realizada por encargo de Winston Guest. Este óleo se conserva en la Colección Hierro de Madrid.
  • Música. Para voz y órgano, el siempre recordado Manuel M. Ponce escribió su “Alborada guadalupana”. La “Misa de Juan Dieguito” del eminente compositor Miguel Bernal Jiménez. El “Oratorio” de Jesús Estrada, por largos años organista titular de la Basílica del Tepeyac. Y la “Cantata en honor de Nuestra Señora de Guadalupe” de José Hernández Gama, estrenada en Monterrey en 1982 con letra de la peruana Esther M. Allison.
  • Cinematografía. Desde sus comienzos, el cine mexicano se interesa por el hecho guadalupano. Películas: “Tepeyac” de 1917, muda; “La Virgen de Guadalupe”, de 1918, muda; “El milagro de la Guadalupana” de 1925, muda; “La Reina de México de 1940; “La Virgen morena” de 1942; “Las rosas del milagro” de 1959; “La Virgen de Guadalupe” de 1976.

Al fin rosa morena, la Guadalupana ha inspirado el arte de nuestro siglo con el encanto de su aroma y su color. Así lo expresó el poeta hispano-nicaragüense Ángel Martínez: “Ya nunca podré ver rosas sin ver tus ojos”.

-A partir de este número vamos a publicar algo de la obra periodística de monseñor Joaquín Antonio Peñalosa, una de las plumas más fascinantes del siglo XX mexicano.

-Publicado en El Sol de San Luis, 11 de diciembre de 1993.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 11 de diciembre de 2022 No. 1431

Imagen de hablabiendeaca.com “La virgen de loas mares”

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