Tras las huellas de sus predecesores – de Juan XXIII a Juan Pablo II – y siguiendo las líneas “programáticas” indicadas en la Encíclica Deus caritas est, Benedicto XVI fue un Papa atento al diálogo interreligioso e intercultural.
Benedicto tuvo un pontificado mucho más corto que el de san Juan Pablo II, el segundo más largo de la historia, pero no menos intenso.
7 años, 10 meses y 9 días – Fue lo que duró el pontificado de Benedicto XVI, iniciado el 19 de abril de 2005 y concluido el 28 de febrero de 2013, tras el anuncio de su renuncia.
Realizó 24 viajes apostólicos al extranjero, en los que se incluye a México en el 2012.
Participó en tres Jornadas Mundiales de la Juventud.
Encabezó un Encuentro Mundial de las Familias.
Escribió tres Encíclicas: Deus caritas est, Spe salvi y Caritas in veritate.
Convocó a cuatro sínodos (2 ordinarios y 2 especiales).
Durante su pontificado creó 84 cardenales.
Proclamó 45 santos.
Proclamó 855 beatos, entre ellos el Papa Wojtyla.
El evangelio del amor
El hilo conductor de este pontificado fue la voluntad de anunciar al mundo el Evangelio del Amor de Cristo, como es recordado en su primera encíclica Deus caritas est, para volver a poner a Dios en el centro, en un mundo donde “la fe está en peligro de apagarse” (Carta a los obispos de todo el mundo – 10 de marzo de 2009).
El diálogo
Benedicto XVI fue un Papa atento al diálogo interreligioso e intercultural (un aspecto, sin embargo, a menudo subestimado de su pontificado): de aquel con el judaísmo y con otras religiones a aquel con los hermanos cristianos separados, al de la ciencia y pensamiento laico, a aquel con los católicos separados de la Iglesia como la Fraternidad de San Pío X.
La lucha
La lucha sin reservas a la pedofilia fue, de hecho, uno de los rasgos distintivos del pontificado de Papa Benedicto XVI, como lo confirma también el aumento neto de los sacerdotes suspendidos en los años 2011 y 2012 (400), por estar implicados en casos de abuso, como también el número de los obispos alejados por la mala gestión del problema.
Guía de un barco en la tormenta
El pontificado de Benedicto XVI coincidió con un momento particularmente difícil para la Iglesia, marcado sobre todo por el escándalo de la pedofilia y por el caso Vatileaks. Crisis que el pontífice alemán, que ya desde los inicios de su pontificado había denunciado la “suciedad” en la Iglesia (Vía Crucis 2005), había sabido afrontar con lucidez y determinación, preparando el terreno a las reformas que habrían sido llevadas adelante por el Papa Francisco.
Escándalo financiero
También frente a los escándalos financieros que involucraron al Vaticano, a Benedicto XVI se debe la introducción de las medidas llevadas adelante por el Papa Francisco para hacer más transparente la gestión financiera de la Santa Sede, comenzando por el Motu Proprio del 30 de diciembre de 2010 “Sobre la prevención y la Lucha contra las actividades ilegales en el campo financiero y monetario”.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 8 de enero de 2023 No. 1435