Mi vocación es el amor
La hermana de Teresita, Paulina, le pidió que escribiera la historia de su alma, pero ella se rehusaba a hacerlo. ¿Por qué? Porque pensaba que si la escribía corría el enorme peligro de ponerse ella y no Dios en primera persona. Luego obedece, ora y describe lo que intuyó para que sea Jesús el que resplandezca en su trabajo:
Antes de tomar la pluma me he arrodillado a los pies de la imagen de María (de esta estatua que tantas pruebas nos ha dado de las predilecciones maternales de la Reina del Cielo por nuestra familia), le he suplicado que guíe mi mano para que no trace yo ni una sola línea que no sea de su agrado (Manuscrito A)
¿Cuántas veces nosotros, antes de emprender una tarea, llevar a cabo un trabajo, tomar una resolución, incluso elegir una carrera, una profesión, un viaje, un noviazgo, lo que sea que implique hacer la Voluntad de Dios, nos arrodillamos frente a su madre en la Tierra y le suplicamos que guíe nuestro camino?
Círculo de Santa Teresita de Lisieux / Parroquia de STNJ
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 25 de diciembre de 2022 No. 1433