Por VC Noticias
El sacerdote Javier García Villafaña fue asesinado la noche del lunes 22 de mayo mientras viajaba en su auto sobre la carretera ribereña Cuitzeo-Huandacareo al norte del estado michoacano; según las primeras investigaciones de la Fiscalía General del Estado de Michoacán, el vehículo en el que viajaba recibió varios impactos de bala desde otro auto en movimiento.
Las investigaciones refieren que el religioso circulaba en un automóvil en la vía ribereña de la Laguna de Cuitzeo cuando, de pronto se le emparejó otro vehículo desde el cual se descargaron repetidas detonaciones de arma de fuego. Se afirma además que los perpetradores del homicidio le habrían despojado de sus bienes puesto que el cuerpo del religioso no contaba con sus documentos de identificación al ser hallado por las autoridades de seguridad local; la propia versión oficial confirmó que fue colocada además una cartulina con un mensaje por parte de los criminales.
García Villafaña, fraile agustino, llevaba apenas un mes como sacerdote adscrito a la parroquia San Marcos de la comunidad de Capacho, municipio de Huandacareo. Apenas el 8 de mayo pasado, las autoridades de seguridad estatal informaban del hallazgo de seis cuerpos ultimados a balazos abandonados en una camioneta en la localidad de Capacho; y el mes anterior, también en la región, se investigó el secuestro y asesinato del síndico de Cuitzeo, Francisco Díaz Rodríguez.
Tanto la Arquidiócesis de Morelia, comandada por el arzobispo Carlos Garfias Merlos, como la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), expresaron a través de diferentes medios su profunda tristeza por el crimen contra el religioso.
La CEM condenó el acto criminal y exigió justicia a las autoridades mexicanas: «Condenamos enérgicamente este acto de violencia que no solo ha arrebatado una vida, sino que también atenta contra la paz y la justicia en nuestra nación. Es un recordatorio doloroso de la grave situación que enfrentamos como sociedad, en la que la presencia del crimen organizado y la impunidad continúan amenazando la vida y la seguridad de tantos».
En este comunicado, los obispos de México exhortaron a las autoridades a esclarecer los hechos y dar con los autores de los últimos actos violentos que se han perpetrado contra los ministros de culto católicos.
Se trata del octavo sacerdote católico asesinado en lo que va del sexenio: José Martín Guzmán Vega (asesinado a cuchilladas en 2019); José Guadalupe Popoca Soto (ultimado de un balazo en 2021); Gumersindo Cortés González (secuestrado y posteriormente asesinado por arma de fuego en 2021); Juan Antonio Orozco Alvarado (fraile franciscano víctima de un fuego cruzado en 2021); José Guadalupe Rivas (localizado sin vida en un rancho en 2022); y los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora (asesinados en el templo de Cerocahui mientras trataban de mediar la ira de un delincuente local en 2022).
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