A propósito del Día del Niño, dedicamos este espacio a un proyecto que desde hace 25 años beneficia a una pequeña parte de la niñez mexicana. Se trata del Instituto San Juan Pablo II (Querétaro, México), que se encarga de formar niños y niñas de escasos recursos bajo una educación integral, de calidad y de inspiración católica.

Por Rubicela Muñiz

El proyecto que impulsa lo que hoy es el Instituto San Juan Pablo II comienza en 1996 con el deseo de una comunidad preocupada por los niños que no asisten a la escuela o la abandonan a muy corta edad. En ese entonces, apoyados por la Pastoral Familiar de la parroquia de Jurica (Querétaro), se proponen evitar que la niñez termine en pandillas, en problemas de violencia y adicciones, con embarazos tempranos o desempleo.

El futuro de los niños estaba en riesgo, al igual que el de la comunidad, y es por eso que los fundadores acuerdan intervenir en la formación de las nuevas generaciones, con el propósito final de dignificación y mejora de la comunidad, a través de un modelo educativo de calidad e integral, con un fuerte trabajo con las familias, al cual estos niños no tenían acceso, ni entonces ni ahora.

Se empezó desde cero, sin instalaciones ni recursos; luego se constituyó legalmente con un Patronato integrado por habitantes del fraccionamiento y de la comunidad de Jurica. Poco a poco se diseñó el modelo, el equipo académico y administrativo, se obtuvieron los registros de REVOE para Preescolar y Primaria, y se lograron recursos para instalaciones, equipo, operación, etc. Primero en una casa rentada, luego en otra donada por Nacional Monte de Piedad y posteriormente en el terreno actual, donado por otra IAP, todo en la zona del pueblo de Jurica.

Gracias a donantes generosos (instituciones, empresas y particulares), se pueden brindar hoy tres grados de preescolar y seis de Primaria a más de 600 estudiantes, en instalaciones dignas y adecuadas.

El equipo de trabajo

Sin el equipo de trabajo que está comprometido, actualizado y conoce las características de los niños que se atienden, no sería posible lograr los objetivos de brindar una educación integral y de calidad.  La maestra Guadalupe Torres, directora de primaria; la maestra Patricia García Ayala, directora de Preescolar; y el maestro Juan Manuel Planter Carrillo, director general, nos comparten cómo enfrentan los problemas sociales y de educación, siempre apoyados en un trabajo conjunto con los padres.

-Esta es una institución que ataca dos grandes males: indiferencia y descarte, ¿cómo han conseguido hacer frente a esto y en qué lo ven reflejado?

Mtra. Guadalupe: Lo hemos conseguido brindando un trato amable y cariñoso a nuestros niños. Nos damos cuenta de que lo logramos porque nuestros pequeños acuden felices a la escuela y así se desenvuelven aquí adentro. Tienen la confianza de acercarse a los maestros y decir cómo se siente.

Mtra. Patricia: Con las actividades que realizamos día a día en el preescolar, hemos logrado integrar a los padres de familia de una manera participativa en la educación de sus hijos. Hemos formado una comunidad educativa unida en un ambiente armónico.

Mtro. Juan: Todos somos iguales. Somos una escuela de inspiración católica y ante Dios todos somos iguales. Entonces, aquí no hay diferencias, simplemente son casualidades o circunstancias en la vida, en donde cada uno ocupa un puesto diferente. Aquí no llevamos el título de doctor o de maestro, nos hablamos por nuestro nombre y por eso hemos logrado, así como Jesús nos lo dijo, que tratemos de practicar que todos somos iguales ante los ojos de Dios.

Entonces nosotros que atacamos un sector de personas vulnerables en el sentido económico, eso es lo que buscamos desde preescolar hasta preparatoria. Todo lo que hacemos es en base en eso, la lucha que tenemos todos los días por tratar de lograrlo.

-Como educadores y trabajadores han experimentado los conflictos de la sociedad actual, ¿cómo han logrado sortear los cambios en los valores sociales?

Mtra. Patricia: Algo que nos caracteriza es tener el acercamiento con los padres de familia, ya sea en cuestiones académicas o en cuestiones emocionales de sus hijos, pero también en las situaciones familiares. Al tener la comunicación con ellos, ellos nos expresan su sentir, su problemática familiar y nosotros tratamos de ayudarlos en la medida de lo posible.

Incluso hay padres de familia, egresados de esta institución, que ahora traen a sus hijos y eso refleja que estuvieron contentos con el tipo de educación que se les brindó. Al traer a sus niños y mostrarnos la confianza de regresar al instituto, es muy grato y halagador. Buscan los mismos esquemas en los que ellos crecieron.

Además, buscan la superación, quieren para sus hijos algo mejor. Quieren que sus hijos tengan mejores oportunidades.

Mtro. Juan: Hemos sido atacados como católicos, como familia, y ahora con las redes sociales somos más vulnerables. Entonces, ¿qué hemos hecho? Reforzar el tema de valores. Y no solo los institucionales, sino los valores humanos que no necesariamente tienen que ver con nuestra religión, pero si nosotros logramos que nuestros alumnos tengan fuertes sus valores, pues entonces lucharemos contra lo que sea.

En el área en donde nosotros trabajamos hay muchos problemas de violencia familiar, alcoholismo, drogadicción, etc., y solamente eso se ataca con valores. Ya cada uno de los que participamos aquí, mucho tienen que ver los maestros que están al frente del grupo, trabajamos mucho eso.

-¿Qué observan en estos niños? ¿Qué sueñan? ¿Qué desean?

Mtra. Guadalupe: Platicando con ellos nos damos cuenta que sus sueños son grandes. Quieren llegar a escuelas donde hagan brillar su talento. Por ejemplo, tengo a un pequeñito de tercer grado que sabe que su talento es dibujar y él sueña con ir a una escuela en donde le enseñen más sobre el dibujo. Y lo que la mayoría dice, es que quieren llegar a ser grandes personas.

-¿La educación sigue siendo un acto de esperanza?

Mtra. Guadalupe: Sin duda alguna. En estos tiempos tan difíciles que vive el país, la educación se convierte en nuestro faro de luz.

25 AÑOS DE LOGROS Y RESULTADOS

El acceso a una educación de calidad es crucial para mejorar la vida de las personas y el desarrollo sostenible. Hoy en día, todavía millones de niños y niñas de comunidades rurales y urbanas no tienen acceso a educación de calidad. Aquí los resultados del año (2022).

Conoce más

Visita www.educacionintegral.org

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de abril de 2023 No. 1451

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