Itzhak Perlman, como tantos y tantos violinistas virtuosos, es de origen judío: nació en Tel Aviv el 31 de agosto de 1945. Por supuesto fue, como todos los más grandes, un niño prodigio. Pero el suceso que condiciona su vida fue la poliomielitis que contrajo a los cuatro años, llevándolo a la necesidad de utilizar muletas para poder desplazarse, motivo por el que siempre toca sentado.

El pequeño Itzhak dio sus primeros pasos musicales en la Academia de Música de Tel Aviv, antes de mudarse a los Estados Unidos, a la ciudad de Nueva York, donde pronto destacó su talento de tal manera que en 1958 lo llevó a aparecer en el por entonces famoso programa de Ed Sullivan.

A los 13 años ingresó en la Juilliard School, en la que estudió con Ivan Galamian y Dorothy DeLay. En 1964 ganó el prestigioso Concurso Leventritt, lo que lo llevó o a una carrera a nivel mundial en expansión. Desde entonces, Itzhak Perlman ha actuado con las principales orquestas en recitales y festivales de todo el mundo.

«Practica lentamente; si aprendes algo lentamente, lo olvidarás lentamente»

Por supuesto ha grabado muchos de los grandes conciertos del repertorio clásico, algunos de las cuales son grabaciones de referencia: se pueden destacar el Concierto de Mendelssohn, el Concierto de Tchaikovsky, el de Brahms, o los conciertos de Bach entre otros.

Pero probablemente la obra que popularizó definitivamente a Perlman fue su dolorosa interpretación del tema principal de la película La lista de Schindler, en la que, inspirado por sus raíces musicales natales, aborda el tema de la tragedia del holocausto judío sobre el que versa la película. Pocas veces se ha visto un tema tan unido a un intérprete, y probablemente nunca nadie lo interpretará de un modo más certero.

Como buen genio, ha trascendido su labor de violinista ejerciendo de director en numerosas ocasiones. Y en los últimos tiempos también parece haberse interesado en labores pedagógicas, poniendo su enorme talento al servicio del Perlman Music Program, cursos de verano para estudiantes de cámara, y también interviniendo en diversos eventos en pro de la integración de los discapacitados.

También ha explorado géneros ajenos a la música clásica: jazz, tango, músicas tradicionales: su última grabación se adentra en la música klezmer, música tradicional judía, que siempre ha frecuentado de manera más o menos esporádica.

Artículo adaptado del sitio web Deviolines, escrito por Jesús Fernánde.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de mayo de 2023 No. 1453

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