Por José Ignacio Alemany Grau, obispo

Reflexión homilética del 7 de mayo de 2023

Sabemos que al Padre Dios no lo podemos ver porque su rostro es tan bello que ninguno puede verlo y seguir viviendo.

Además, nos dice el Evangelio que «a Dios nadie lo ha visto»:

«A Dios nadie lo ha visto jamás. Dios unigénito que está en el seno del Padre es quien nos lo ha dado a conocer».

Precisamente el Evangelio de hoy nos presenta a Felipe pidiendo, con simplicidad, a Jesús: «Muéstranos al Padre y eso nos basta».

Hechos de los Apóstoles

San Lucas nos cuenta uno de los problemas que tuvo la primera comunidad que pidió a los apóstoles la solución.

Se trataba del reparto ecuánime de los bienes materiales que se distribuían entre todos.

La solución que dieron fue: «No nos parece bien descuidar la Palabra de Dios para ocuparnos de la administración».

Pidieron que ellos mismos escogieran siete hombres buenos para servir a la comunidad mientras los apóstoles se dedicarían a la oración y a evangelizar.

Nombraron a siete y los apóstoles les impusieron las manos orando. Así empezó el diaconado como sacramento.

Salmo 32

Es una invocación a la Divina Misericordia, que será bueno hagamos también nosotros frecuentemente:

«Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti».

San Pedro

Jesús es «la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida por Dios».

Nosotros, precisamente, por el mismo Jesús, nos convertimos en piedras vivas formando el templo del Espíritu Santo.

Como dirá San Pablo: «¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros?».

Si Jesús hablaba de su propio cuerpo como su templo que querían destruir, pero Él lo reedificaría en tres días; implícitamente nos unía a nosotros con Él en una bella definición de lo que es la Iglesia: el cuerpo de Cristo unido a su Cabeza.

Por esto mismo, termina San Pedro diciéndonos hoy que nosotros, unidos a Cristo, «somos una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada y un pueblo adquirido por Dios» para evangelizar.

Verso aleluyático

En Jesús está todo. Él «es el camino y la verdad y la vida».

Solo a través de Jesús llegamos al Padre y encontramos la salvación.

Evangelio

Es un hermoso párrafo de San Juan en el que Jesús conversa familiarmente con los apóstoles después del lavatorio de los pies.

En primer lugar, pide la confianza en Él, la misma que nosotros tenemos con Dios Padre: «Creed en Dios y creed también en mí».

En segundo lugar, va hablando de cosas maravillosas:

Él va a ir al cielo para prepararnos una morada donde vivir siempre con Él en la casa del Padre.

Cuando Tomás le pregunta a Jesús cómo conocer el camino, el Señor le advierte: «Yo soy el camino y la verdad y la vida».

Solo por Jesús puede irse al Padre.

Cuando Felipe al oír cosas tan bellas pretende resumir, diciendo: «Muéstranos al Padre y nos basta», Jesús quiere que aprendamos que como al Padre no lo podemos ver con ojos temporales, lo debemos descubrir en Él mismo: su corazón y ternura, su poder, su cercanía.

Jesús mismo es el resumen de la vida y actuar del Padre Dios, como tantas veces irá repitiendo.

Amigos todos, tengamos presente que contemplando a Jesús nos encontramos con el Padre Dios.

 

Imagen de Laila en Pixabay


 

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