Por Sergio Ibarra

Los hogares de nuestra nación representan el fundamento de nuestra sociedad. Sin distinción de clases, la familia mexicana es la roca que sostiene a México. Una roca que tiene en su corazón a la mujer mexicana. Las situaciones podrán ir y venir, podrá haber más inseguridad o menos o como sucede hoy menos salud y menos educación, devaluaciones o no, más empleo o menos, pero ahí, en la intimidad de los hogares, la Mamá y la Abuelita son motivo de unión, de respeto y de ponerse en orden.

Los hogares mexicanos en tanto tengan esa guía, fortaleza y convicción ejemplares continuarán siendo el espacio en donde uno aprende desde los hábitos más elementales ¿a quién no le tocó levanta tu tiradero, te terminas el plato o apaga la televisión y a dormir? Pasando por: ponte a estudiar, ¿acabaste la tarea? o ayuda no seas ingrato, hasta dictarnos el cómo hacer frente a los problemas desde nuestra niñez. Esa mano que nos lleva a Misa, a la escuela, que nos enseñó como bañarnos y que educa ¿A cuántos nos tocó aprender a tender la cama llevados de su mano? Esa voz que nos guía, corrige y enseña. La que nos advierte riesgos, que exige y marca cómo comportarnos.

Los hogares mexicanos tienen un ambiente, colores, aromas, limpieza y amor gracias a que, aún en la gran mayoría, está detrás la dedicación incondicional que pone cada una de ellas para que, pase lo que pase, encontremos su regazo, su cariño, su palabra, su infinita paciencia o el apapacho cuando hay momentos de alegría o de tristeza.

Celebramos a las mamás porque son el mayor motivo de orgullo y de reconocimiento. Nuestra sociedad moderna, compleja, plagada de intrusiones, maldades y de insolencias, tiene aún esta salvaguarda. Hoy miles se la rifan porque, además de ver que haya ropa limpia, un plato caliente y otras cosas en nuestros hogares, trabajan. Esto sucede con miles de mujeres queretanas y que conste, que cuando digo miles, son más de doscientas mil que son el sustento de su hogar.

Sin ellas esta nación ya habría entrado, sin duda alguna, en una nueva guerra interna. Su firmeza y entrega nos ha sostenido y nos mantiene con la ilusión de ser seres buenos, por más que se ponga la cosa difícil. Se mueve y resiste México porque tiene en su corazón a las mamás mexicanas.

Felicidades y gratitud a las mamás hoy y siempre.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 7 de mayo de 2023 No. 1452

Por favor, síguenos y comparte: