Por P. Prisciliano Hernández Chávez, CORC.
Se viven momentos de cambios que afectan todos los ámbitos de la vida humana. Uno que daña la situación de fe tradicional por la progresiva descristianización.
‘YouTube’ es el espacio de moda en donde se habla de todo con ataques frecuentes a la fe, a Cristo, a la Iglesia, a la Virgen Santísima, al Papa, a la familia, a las buenas costumbres, y un largo etcétera. A veces solo se afirma sin argumentos, apoyados en autores de dudosa credibilidad, sin algún tipo de certeza documental. Valdría la pena en muchos casos recurrir a aquel dicho popular latino de índole filosófica y jurídica ‘lo que gratis se afirma, gratis se niega’, -quod gratis asseritur, gratis negatur, como un salvavidas del momento.
Ante este panorama, no faltan, los mentores y grupos que están a la defensiva ante esos ataques apoyados en una mentalidad de la sospecha, de una supuesta cultura moderna y de cambio. Provocan desconcierto y dejan una grande desazón en el corazón.
El peligro latente es optar por la indiferencia; hacer caso omiso de planteamientos serios sobre Dios, sobre Cristo, sobre el Papa, sobre la persona que evidentemente afectan irremediablemente el sentido profundo de la existencia humana.
Más allá de teorías y de disputas interminables, es importante la postura de honda sinceridad para encontrar a Dios en Jesús, en el campo de la oración, del constante encuentro con él. Jesús es el tesoro escondido en el campo, es la perla de gran valor ( cf Mt 13, 44-46).
Ante él, ante Cristo Jesús, es necesaria la preferencia electiva y la decisión consecuente. La decisión en la preferencia. Es imperativo dejar a un lado las superficialidades
Estas parábolas nos sugieren la ‘sorpresas’ continuas de Dios que nos dan un vuelco en el alma. En Cristo Jesús conoceremos con toda certeza el proyecto maravilloso de Dios, al cual nos invita para plenificar nuestra vida. Él puede ser el centro de mi existencia y mi punto referencial. Él es el Evangelio, la buena nueva permanente; él nos acoge y responde a nuestros anhelos profundos.
En la vida interior con Jesús, vamos de sorpresa en sorpresa, descubriendo el tesoro inagotable de su amor y de la hondura de su misterio.
Todos, aún sin decirlo, aun los ateos y agnósticos, tenemos necesidad de Dios. Por eso es necesario ‘Buscar su Rostro’, porque nuestra alma está seca y necesita el agua de su presencia.
A Dios no se le encuentra en las discusiones, ni en voluntarismos fanáticos.
Dios regala su presencia a los que vuelven a ser como niños. Al respecto podemos recordar al novelista francés, Georges Bernanos (1888-1948), famoso por su obra ‘Diario de un Cura Rural’, entre otras obras, tiene una intitulada ‘Diálogo de Carmelitas’, en la cual se lee lo que dice la priora vieja: ‘Una vez salidos de la infancia, hay que sufrir mucho para volver a ella, como solo después de una larga noche vuelve a aparecer de nuevo la aurora. ¿He vuelto yo a ser de nuevo niño?’.
Termino con un texto de Santa Teresa, maestra eximia de la vida de oración, ejemplo y modelo de quien encontró el tesoro y la perla preciosa, como los santos, como los que tienen corazón de niño o la gente sencilla y humilde, quienes oran de verdad:
‘Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con la brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso y el tiempo breve largo. Mira que mientras más peleares más mostrarás el amor que tienes a tu Dios y más te gozarás con tu Amado, con gozo y deleite que no puede tener fin’ (Exclamaciones del alma a Dios 15, 3).
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