Tras la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Portugal, miles de personas han escuchado en el celular el mensaje de voz de Jimena, una chica española de 16 años, que había visto su visión reducida a la ceguera casi total (tenía un 5% de vista) y ya estaba aprendiendo braille, pero que puso a muchos a orar nueve días a la Virgen de las Nieves y en Portugal declaró que ya podía ver y leer.
El padre de Jimena dio datos al digital católico The Pillar. «Los médicos nos decían que tenía un espasmo de acomodación, que es normal de niños de esa edad, aunque sean entre 2 y 4 dioptrías por ojo. El problema es que ella tenía un descontrol de entre 8 y 16 dioptrías. Fue perdiendo progresivamente la vista hasta quedar solo con un 5%», detalló el padre.
«Buscamos el mejor equipo médico que pudimos conseguir en España, especialistas en este tipo de enfermedades, que normalmente se tratan con atropina, unas gotas que se ponen en los ojos y dilatan la pupila para forzar ese espasmo a ceder y que se cure eventualmente. El problema en su caso era que el espasmo era más grande de lo habitual y que después de año y medio, con una dosis alta diaria de las gotas, no cambió absolutamente nada», agregó.
Las gotas no arreglaban nada, le daban dolores de cabeza y gastroenteritis y dejaron el tratamiento. «Empezamos a probar con otros médicos que conseguimos por internet y que nos recomendó algún amigo, pero el denominador común era: ‘esto es algo que no hemos visto antes’».
Planteándose el futuro
Jimena ya empezó a leer y escribir en braille con el apoyo de la Asociación de Ciegos de España. Hace un año tenía preparada una intervención médica para arreglar su problema de convergencia («no controlaba los ojos, se le movían para un lado y otro y estaba completamente bizca»), pero pidió a muchos que rezaran a la Virgen esa noche, y al día siguiente ese problema concreto había desaparecido. No la intervinieron.
Pero seguía igual de ciega, y así fue un año entero. Del móvil usaba sólo los audios. Al ver llegar su último año de bachillerato, y viendo que en un año tendría que aprender a usar el bastón y el perro guía, se planteó su futuro.
«En julio estábamos en un paseo para visitar a la Virgen del Carmen en un pueblito cerca de Málaga y ella me dijo que había tenido una inspiración rezando el Rosario, que sentía que la Virgen le pedía que hiciéramos una novena entre el 28 de julio y el 5 de agosto», explicó el padre.
Pero luego Jimena dudó, porque no conocía ninguna fiesta mariana para el 5 de agosto. Su padre buscó en Internet: era la Virgen de las Nieves. Ella, sus padres y amigos se lanzaron a rezar «con la convicción de que ese es el día y se va a curar», detalla el padre.
El milagro tras una confesión
Jimena acudió a la JMJ con un grupo de amigas de un club juvenil del Opus Dei. El 5 de agosto, como de costumbre, se despertó «viendo súper borroso, fatal». Era el último día de la novena. Fue a confesarse. «Nos dijo que la mejor confesión y más profunda de su vida», detalla su padre.
Fue a misa con sus amigas en plena JMJ. «En misa yo estaba súper nerviosa. Después de comulgar me he puesto en el banco, me he puesto a llorar un montón porque era el último día de la novena y yo me quería curar y se lo he pedido por favor a Dios muchísimo», dijo Jimena en su testimonio. «Cuando he abierto los ojos, veía perfectamente.
He visto el altar, el sagrario, estaban ahí mis amigas y las veía perfectamente, que estaban dos años y medio más mayores que como las recordaba y luego yo me he mirado en el espejo ya después. También estoy un poco cambiada.”
Las amigas pensaban que «se estaba riendo, pero era que estaba llorando porque les estaba viendo la cara después de 2 años y medio, pero las veía tan cambiadas que le causaba mucha impresión mirarlas», explicó su padre. La chica incluso mostró que podía leer. «Voy a llamar a todas mis hijas Nieves», declaraba en su mensaje de audio que han oído muchos.
El cardenal Omella conversó con Jimena y su familia para escuchar su testimonio sobre el supuesto milagro. «Démosle las gracias [a Dios] y punto, luego tendrán que valorar los médicos y decir si se podía curar o no», dijo, aunque no está claro que la Iglesia vaya a hacer una investigación oficial del caso, al no estar implicada la intercesión de candidato a santo o beato.
NOTA: Adaptado del artículo “Las 5 claves marianas de la JMJ de Lisboa: de Fátima al milagro de Jimena”, de Pablo Ginés en el boletín de la Fundación Cari Filii
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de agosto de 2023 No. 1467