Por: Juan Diego Camarillo

San Junípero Serra fue un gran misionero y promotor de la Fe cristiana, un misionero que fue con la convicción de ganar la conquista espiritual de nuestra Sierra Gorda Queretana. Gracias a los esfuerzos de este gran santo, Querétaro y California gozan hasta hoy de la riqueza de la fe católica.

Esto mismo mencionó el Papa Francisco en la ceremonia de canonización de Fray Junípero Serra: “Hoy estamos aquí, podemos estar aquí, porque hubo muchos que se animaron a responder a esta llamada, muchos que creyeron que «la vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad» (Documento de Aparecida, 360)… Fray Junípero Serra. Supo vivir lo que es «la Iglesia en salida»… Aprendió a gestar y a acompañar la vida de Dios en los rostros de los que iba encontrando, haciéndolos sus hermanos.

Junípero Serra fue un gran promotor de la evangelización en los lugares donde estuvo presente, pero… ¿Cómo lo hizo?

El Padre Serra usó un método hecho por el franciscano Fray Pedro Pérez de Mezquía, quien en conjunto con Fray Antonio Margil de Jesús, hicieron una serie de reglas a seguir en la evangelización de la Sierra Gorda.

El método de Fray Pedro consistía en que los indios debían reunirse por las mañanas en la iglesia de la misión para rezar. Posteriormente, mientras los adultos trabajaban en el campo, los niños atendían las clases de doctrina, junto con los pames que aún no habían recibido el sacramento del bautismo y con aquellos que estaban recibiendo su preparación para el matrimonio.

Por la tarde, los trabajadores debían asistir a la parroquia. En los días de fiesta, los misioneros debían “pasar lista” para verificar que todos hubieran asistido a misa.

Fray Junípero Serra aprendió el idioma “pame” para dar a conocer el evangelio y empleó no solo el método de Fray Pedro, sino otros usados con anterioridad por los franciscanos, pero el padre Serra sabía que había algo más poderoso que los métodos: el ejemplo.

Fiel al espíritu franciscano, no se limitó únicamente a pronunciar homilías, dar catecismo o administrar los sacramentos, sino que trabajó arduamente por la estabilidad de las misiones en la Sierra Gorda y dio ejemplo a los indios.

Fue conocido también por celebrar con gran decoro las celebraciones más importantes de la Iglesia Católica, como la Navidad, en la cual montaba una obra de teatro llamada “Los Pastores”, en la que se narraba la visita de los pastores al recién nacido niño Jesús. Y en Semana Santa, donde realizaba los actos de piedad popular, como el rezo del Rosario, el Vía Crucis y la interpretación de varios himnos. Después de la procesión del Vía Crucis, durante la cual Serra cargaba con la cruz, el mallorquín pronunciaba algún sermón sobre la Pasión de Cristo.

Cada sábado, los pames recorrían Jalpan con linternas y rezando el Rosario. Además, de celebrar con gran solemnidad el Corpus Christi y algunas fiestas de los santos.

El padre Serra no sólo dio ejemplo con su trabajo físico, sino que también se apoyó en el arte y en la belleza para dejar un mensaje perdurable en la fachada de las iglesias de la Sierra Gorda, que hasta hoy son un fiel testimonio de la presencia del mallorquín en el centro de México.

San Junípero Serra fue un santo con audacia misionera, misma que le haría decir al final de su peregrinación por tierras mexicanas: “Llegué sin nada. Me voy sin nada, pero les dejo un gran tesoro: la fe”.

 

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