Por Rebeca Reynaud

La Novena a la Inmaculada se empieza del 30 de noviembre y se termina el 8 de diciembre, o se empieza algún día del 1 al 8 de diciembre, si antes no se pudo, y se termina nueve días después.

Cada uno hace la Novena como quiera. Cada uno puede hacer cada día un plan personal solo o con su amigo, lo que supone una ocasión para conversar personalmente.

No sabemos la fecha del nacimiento de Santa María. Vio la luz en una ciudad de Galilea o en Jerusalén, en el hogar de Joaquín y Ana. Nadie se percató del alcance de lo que estaba ocurriendo. Dios actúa con esa naturalidad, burlando los juicios humanos, que muchas veces van en busca de lo extraordinario. Nadie supo en la tierra del nacimiento de la que iba a ser Madre de Dios. Sólo en el Cielo hubo fiesta grande, porque comenzaba el alba de nuestra redención.

La Sagrada Escritura prefigura de diversos modos el papel de la Virgen María en la historia de la salvación. Durante muchos siglos, los judíos aguardaron a una mujer de la casa de David que engendraría al Mesías y traería la salvación a la tierra. Tras la prolongada espera de la promesa, se cumple la plenitud de los tiempos y se instaura la nueva Economía, al tomar de Ella la naturaleza humana el Hijo de Dios, a fin de librar al hombre del pecado mediante los misterios de su humanidad[1]

Mons. Luis María Martínez –que está en proceso de canonización- escribe en una carta: “¡Si a Él también le gusta el amor por encima de todo! Se insiste mucho en las obras que tenemos que hacer, en los sacrificios que hemos de sufrir, y se dice que eso es lo sólido, lo fructuoso, etc. (…) Pero yo conozco los gustos íntimos de Jesús y, sé que más que nuestras obras y que nuestros sacrificios le gustan nuestro amor y nuestra intimidad. Para Él la música mejor es oír de nuestros labios la melodía de los cielos que se esconde en esa expresión brevísima e insondable: “te amo”. Y el mayor homenaje para Él es un acto de amor puro, de ese que, según San Juan de la Cruz, vale más que todas las obras; y el mejor sacrifico es ese martirio dulcísimo y terrible que lleva el amor en sus purísimas entrañas[2].

Fulton Sheen pensó en ir a Lourdes para celebrar sus cinco años como sacerdote católico. Vivía en Lovaina, tenía dinero para ir, pero no para pagar un hotel ni para volver. Pidió la ayuda de la Virgen, buscó el mejor hotel. Pensó en hacer una Novena así que pasó nueve días en Lourdes, y el dinero no llegaba. Pensó: “Hay que darle otra oportunidad a la Virgen” A las 10 de la noche se bajó a rezar a la gruta. Allí lo abordó un señor que le preguntó: “¿Es sacerdote norteamericano? ¿Habla francés? ¿Nos podría acompañar mañana a hacer un tour para mí y a mi familia? A todo dijo que sí. Al llegar al hotel le preguntó: “¿Ha pagado?”, la pregunta esperada. Y le pagó el hotel. Fulton Sheen cuenta que regresó a Bélgica con más dinero que con el que se fue.

Enrique Susón (1296-1366) entró a los 13 años en el convento de los frailes dominicos en Constanza (Alemania). Su libro Las nueve Rocas indica los diversos grados de perfección que alcanzan los cristianos. En la última roca están quienes han aprendido a conocerse a sí mismos y que, por lo mismo, han conseguido abandonarse plenamente en Dios. Escribe: Sobre ellos se apoya toda la cristiandad y, si ellos no existieran, Dios entregaría todo en manos del demonio[3].

La presencia silenciosa de María se adivina en la vida del Señor. También se adivina en la vida de la Iglesia y en la de cada uno de sus hijos. María edifica continuamente la Iglesia

El 8 de diciembre es fiesta de la Inmaculada Concepción de María. “La fiesta tiene un enorme poder catequético. Su repetición periódica nos obliga a hablar año tras año del sentido de la misma, a ilustrar a los fieles sobre el lugar que ocupa en la historia de la salvación y en la vida de las personas”[4].

Dice un poeta:

El Señor ha plasmado en tu alma, María
la más bella historia de amor,
en tu boca plasmó el silencio,
y en tu alma firmeza y valor. 

[1] Const. Dog. Lumen gentium, n. 55.

[2] Carta a la Hna. María Angélica, 20-II-1931. Citada en el Boletín informativo de la Postulación de la causa de canonización del Siervo de Dios Luis María Martínez, “El amor es así. Relación mística entre Dios y el alma”, octubre-noviembre 2003. Año 2, núm. 8., p. 5.

[3] Citado en el Boletín informativo de la Postulación de la causa de canonización del Siervo de Dios Luis María Martínez, “Todos son llamados a la mística, pero pocos llegan”, octubre-noviembre 2003. Año 2, núm. 8., p. 4.

[4] Raniero Cantalamessa, Un Himno de Silencio, Monte Carmelo, España 2002, p. 252.

 


 

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