Por el P. Justo López Melús
ALIVIO DE CAMINANTES
Melchor, Gaspar, Baltasar y Artabán se pusieron en camino siguiendo la estrella para venerar al Rey recién nacido. Vendieron sus bienes y Melchor, Gaspar y Baltasar compraron oro, incienso y mirra. Artabán compró un rubí, esmeraldas y diamantes. Seguían felices cuando Artabán oyó los gemidos de un hombre, se bajó y lo llevó en su camello a una posada y le pagó al posadero con el rubí.
Perdió la pista de sus compañeros y la luz de la estrella. Pero él siguió y siguió días y días. Paró en un oasis y oyó que se acercaba una caravana. Eran traficantes de esclavos. Sintió lástima y le dijo a los caravaneros:
–Se los compro, a todos ellos.
Y les dio las esmeraldas y los diamantes. Y a los esclavos les dijo:
–Son libres, se pueden ir a su casa.
Artabán pensó: “No me queda nada para mi Rey”. Entonces vio el cielo estrellado y una voz que le decía: “De los cuatro magos que salieron en busca mía, has sido el primero en encontrarme y obsequiarme”.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 24 de diciembre de 2023 No. 1485