Por José Ignacio Alemany Grau, obispo
Reflexión homilética para el 10 de diciembre de 2023
Jesucristo, Dios como el Padre y el Espíritu Santo, viene como «Camino» para que podamos nosotros llegar por Él a la Santísima Trinidad.
Por nuestra parte, oímos que la Palabra de Dios nos repite en este tiempo:
«Preparad el camino del Señor».
Dios ha hecho su camino, pero ahora nos pide que hagamos nuestra parte: preparad una calzada para que pueda llegar Dios a la humanidad sencilla y humilde.
Entendemos que se trata de una comparación impresionante que debemos concretar y meditar cada uno de nosotros.
Isaías
En primer lugar, entre bellas comparaciones nos pide fundamentalmente dos cosas: crear una calzada, allanando valles y cubriendo huecos para que pueda pasar el Señor.
Se entiende que no tiene que haber orgullo ni odios.
Y, en segundo lugar, nos habla de los heraldos de Sion que salen a gritar a todas las naciones las maravillas de Dios, presente en la tierra:
«Aquí está vuestro Dios. Mirad al Señor que llega con poder y su brazo manda… Como un pastor que apacienta el rebaño su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres».
Salmo 84
Con el salmista pedimos a Dios la misericordia y la paz.
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos», así esperamos la salvación que ya está cerca y pedimos misericordia y fidelidad para realizar el gran encuentro entre la humanidad y el Creador.
San Pedro
Comienza advirtiéndonos que si Dios tarda no es porque no va a cumplir su promesa, sino que no tiene apuro: «tiene mucha paciencia con nosotros porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan».
Así es, amigos, el amor de nuestro Dios que espera nuestra conversión y debemos aprovechar bien el gran sacramento de la penitencia, de manera especial en este tiempo de Adviento.
Además, San Pedro nos recuerda que «el día del Señor llegará como un ladrón».
Finalmente, tengámoslo bien en cuenta, «nosotros confiados en la promesa del Señor esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia».
Con San Pedro terminamos con este consejo:
«Por tanto, mientras esperáis estos acontecimientos procurad que Dios os encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables».
Verso aleuyático
Nos repite la idea central de este domingo:
«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios».
Evangelio
Comienza el Evangelio de San Marcos con la gran afirmación que será la preocupación más importante de la enseñanza de este evangelista:
«Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios».
Y terminará toda su riqueza con el momento muy importante (según dicen los exegetas) cuando el centurión, al morir Jesús, dirá:
«Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».
(El tema importante para San Marcos en todo su Evangelio será la divinidad de Jesucristo).
Después de esto nos presenta al Bautista que en el desierto predicaba la conversión y pedía el bautismo y, refiriéndose a Jesús, repetía al pueblo:
«Detrás de mí viene el que puede más que yo y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias».
De esta manera el evangelista presenta a Juan que prepara el tiempo de Jesús diciendo:
«Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo».
Amigos, caminemos por el Adviento hacia la Navidad teniendo en cuenta las grandes enseñanzas de la liturgia de este domingo.
Imagen de Jordy Torres Villalta en Pixabay