Por P. Fernando Pascual
Se habla mucho de discernimiento, sobre todo porque tenemos necesidad de comprender de modo adecuado qué nos pide Dios en momentos importantes de nuestra vida.
No siempre se comprende bien cómo funciona el discernimiento dentro de la Iglesia católica. Además de los diferentes consejos elaborados a lo largo de los siglos, de modo especial gracias a san Ignacio de Loyola, conviene tener presente lo específico del discernimiento católico.
¿En qué consiste ese discernimiento? Hay que separarlo, en primer lugar, del peligro de acomodarse a la mentalidad del mundo, que implica separarse del Evangelio para seguir las pasiones desordenadas y las ideas de quienes se apartan de la fe católica.
Tampoco coincide con un modo equivocado de interpretar los “signos de los tiempos”, vistos por algunos teólogos como “nuevas revelaciones” o como corrección de lo que hasta ahora ha enseñado la Iglesia, cuando en realidad Dios ya lo ha dicho todo en Jesucristo (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 50-73).
Vale aquí siempre el consejo de san Pablo: “no os acomodéis al mundo presente” (cf. Rm 12,2), que vienen del mismo Cristo, cuando nos recordó que no somos de este mundo (cf. Jn 15,19).
En segundo lugar, el discernimiento según la fe católica lleva a la convergencia entre los fieles y los pastores, según encontramos varias veces en el Nuevo Testamento (por ejemplo, cf. Lc 10,16; Ef 4,11-16; 1Jn 4,1-6).
Como explicaba el cardenal Ennio Antonelli en un libro publicado en 2023, este discernimiento requiere una actitud, tanto en los fieles como en los pastores, de obediencia a las inspiraciones del Espíritu Santo, de escucha y de oración a lo que nos sugiera ese Espíritu.
En el fondo, todo auténtico discernimiento se construye desde la fidelidad a la Revelación (Sagrada Escritura y Tradición), que encontramos de modo claro y definitivo en los dogmas que la Iglesia ha reconocido en los concilios ecuménicos y dogmáticos (desde los primeros siglos hasta el Concilio Vaticano II).
Frente a las confusiones y a los engaños que vienen del maligno, frente a los errores y desviaciones de diversos filósofos y de algunos teólogos que han perdido el norte de la fe, necesitamos aprender ese arte del discernimiento que es propio de nuestra condición católica: el que nos une en la misma Tradición y nos permite dejarnos guiar por los obispos y sacerdotes fieles a Cristo y a su Iglesia.
(Algunas de las ideas aquí elaboradas proceden del siguiente libro: Ennio Antonelli, Fedeltà e rinnovamento. Una riflessione teologica e filosofica, Ares, Milano 2023).
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