EDITORIAL

Comienza la segunda etapa del Diálogo Nacional por la Paz cuya fase inaugural ocurrió en Puebla, en septiembre del año pasado. Convocados por la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Dimensión Episcopal para los Laicos, miles de católicos y personas de buena voluntad se ofrecieron a la hermosa e inmensa tarea de cambiar el rumbo de México.

“Preocupados por una política de seguridad que en 18 años no ha dado resultados e indignados ante la indolencia gubernamental por el incremento del control territorial por parte de la delincuencia, iniciamos la Segunda Etapa del Diálogo Nacional por la Paz. Convocamos a diversos actores para emprender acciones que impulsen el diálogo, la articulación y la incidencia”.

La convocatoria, va desde los encuentros vecinales hasta los académicos con el fin de transformar los contextos inmediatos, involucrar a todos los grupos sociales en foros y establecer los contenidos de una Red Nacional que obligue a los candidatos locales, estatales y nacionales a comprometerse por la paz y a respetar los derechos humanos en las próximas elecciones y más allá.

Los mexicanos estamos indignados, dolidos, espantados. Este Diálogo es una aportación de la conciencia católica a un país que le han entregado a la delincuencia. No basta decir: “Señor Jesús, tú eres nuestra paz…”. Hay que actuar en consecuencia.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 18 de febrero de 2024 No. 1493

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