Por Rebeca Reynaud

La ley natural es la misma ley eterna. La ley moral es la misma ley natural aplicada al ser humano.

Para tener la conciencia bien formada ¿qué se necesita? Instruir la inteligencia en el conocimiento de la verdad, para lo cual el cristiano cuenta con la ayuda del Magisterio de la Iglesia. El oficio de interpretar la Palabra de Dios le corresponde al Magisterio vivo de la Iglesia (DV, 10).

¿Dónde está el Magisterio de la Iglesia? En las enseñanzas solemnes de los Papas, en las encíclicas, en lo que han dicho los concilios.

Hay que poner en cuestión –en la duda- las propias evidencias si estas conducen a romper la comunión con la Iglesia.

Dios ha querido crear seres inteligentes y libres –los ángeles y los seres humanos-, a los que libremente ha comunicado una participación de su naturaleza divina (gracia santificante). Este don divino que se recibe con la fe y el bautismo, y que hace al hombre hijo adoptivo de Dios, es inicialmente como una semilla que ha de desarrollarse y crecer hasta llegar a la plenitud después de la muerte en la vida eterna. La vida cristiana es la vida del hombre como hijo de Dios en Cristo por medio del Espíritu Santo. La regla moral suprema de la vida cristiana es la ley eterna.

La ley eterna y la ley moral natural

La ley eterna es el plan de la Sabiduría divina para conducir toda la creación a su fin (Santo Tomás de Aquino). ¿Qué quiere Dios del cristiano? Que sea santo e inmaculado en su presencia. ¿Para qué? Para que dé gloria al Creador y para llevarle al cielo, su patria definitiva, y que así sea feliz. ¿Y si yo no quiero? Dios respeta la libertad del hombre.

Las plantas y los animales siguen una ley natural; su instinto, en el caso de los animales. La ley moral natural es la participación de la criatura racional en la ley eterna. Los animales siguen la ley natural necesariamente, el hombre sigue la ley moral natural si así lo quiere, pero puede no seguirla.

La ley moral natural se extiende a todos los seres humanos de todos los tiempos, entonces es universal e inmutable. Los Diez mandamientos son de ley natural, porque está inscrita en el corazón de todo hombre, pero Dios ha querido que quede escrita, y toda ley escrita se llama “positiva”. Los Diez Mandamientos los escribe Moisés en unas tablas, se llama entonces ley divino-positiva. Esta ley es obligatoria porque, para tender a Dios, el hombre debe hacer libremente el bien y evitar el mal.

La ley divino-positiva

El pecado puede oscurecer la inteligencia en mayor o menor medida. Esta ley escrita se encuentra también en el Discurso de la Montaña que nos dio Jesús, es decir, en las Bienaventuranzas y en la catequesis moral de los Apóstoles. Se resume en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Hay que tomar en cuenta que no todo amor es agradable a Dios, como el amor del amasiato, el incesto y el amor desordenado al dinero y al poder.

El Señor le dice a la mística italiana Luisa Piccarreta: “La única finalidad de la creación fue que todos cumplieran mi Querer” (Libro de cielo, 13, 36). Y continúa: “La fuente, la raíz, la sustancia del bien o del mal está en el fondo de la voluntad” (Ibidem 16, 33). “Yo no sé hacer cosas desordenadas, es más, la primera cosa en Mí es el orden” (Ibidem 16, 34.2). “Amo tanto a quien vive en mi Querer, porque en mi Voluntad puede darme todo” (Ibidem, 13, 35).

Las leyes civiles

Son las disposiciones normativas emanadas por las autoridades estatales, con la finalidad de promulgar, explicitar o concretar las exigencias de la ley natural necesarias para hacer posible la vida de los ciudadanos en una sociedad políticamente organizada. Deben garantizar la paz, la seguridad, la justicia, la tutela de los derechos fundamentales de la persona y la moralidad pública.

Tenemos obligación de cumplir las leyes justas, pero no las injustas como las que dictaminan que el aborto es un “derecho” de la mujer. ¿Y los derechos del niño no nacido? Se atropellan de la manera más vil. Son injustas las leyes que se oponen a la ley moral natural y al bien común de la sociedad, como quitarles a algunos ciudadanos los bienes obtenidos con su trabajo o por herencia.

Necesitamos una vida social ordenada

Son injustas las leyes que manden hacer algo que lleve una culpa moral, las que lesionan o privan de la debida la tutela (amparo o defensa de algo o alguien) de bienes que pertenecen al bien común (agua, tierra, carreteras, etc.), las que no distribuyen de modo equitativo las cargas y beneficios entre los ciudadanos, etc.

Los mandamientos de la Iglesia

Son cinco: 1º. Oír Misa enteran los domingos y días de precepto. 2º Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte y antes de comulgar. 3º Comulgar al menos una vez al año por Pascua de Resurrección. 4º Ayunar y abstenerse de comer carnes los días establecidos por la Iglesia. 5º Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Imagen de Felix Wolf en Pixabay


 

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