Redacción

Para muchos países, incluido México, despenalizar el aborto es “dar un paso adelante”. Decisiones como la tomada en el 2022 en Estados Unidos tras la anulación por parte de la Corte Suprema de la sentencia Roe vs. Wade, significa “dar un paso atrás”. Incluso Planned Parenthood, organización millonaria por promover y financiar el aborto, colgó en su página el siguiente mensaje: “Al anular la sentencia Roe vs. Wade, la Corte Suprema borró un precedente de casi 50 años. Nos arrebataron la posibilidad de tomar nuestras propias decisiones médicas y se la entregaron a los políticos”. Ahora, Francia festeja el logro en su Congreso y lo califica de “esperanzador”.

Tras años de insistencia, el presidente francés, Emmanuel Macron, logró introducir el aborto como un derecho en la Constitución francesa el 4 de marzo pasado. Necesitaba 3 quintas partes del total de senadores y congresistas y consiguió casi un 90%: 780 votos a favor y 72 en contra. Así, el aborto logra la máxima protección jurídica en el país.

Unos días después, el 8 de marzo, mientras el mundo conmemoraba el Día Internacional de la Mujer, se realizó la ceremonia de sellado en un acto público en la Plaza de Vendôme en París, como si se tratara de un gran beneficio para la nación.

Aborto y tiranía

San Juan Pablo II denunció en el párrafo 70 de su encíclica Evangelium Vitae:

“Cuando una mayoría parlamentaria o social decreta la legitimidad de la supresión de la vida humana por nacer, incluso bajo ciertas condiciones, ¿no está tomando una decisión ‘tiránica’ hacia el ser humano más débil e indefenso? La conciencia universal reacciona con razón ante los crímenes contra la humanidad de los que nuestro siglo ha tenido la triste experiencia. ¿Estos crímenes dejarían de serlo si, en lugar de ser cometidos por tiranos sin escrúpulos, estuvieran legitimados por el consentimiento popular?”

Y continúa: “Dios será el juez exigente de cualquier violación del mandamiento ‘no matarás’, situado en la base de toda la convivencia de la sociedad. Él es el ‘goel’, es decir, el defensor de los inocentes”. Evangelium Vitae tiene claro que es el “asesinato deliberado de una persona humana inocente”.

Desde que Francia despenalizó el aborto, esta práctica (y negocio) ha causado más de 10 millones de muertes de pequeños seres humanos en el país.

Vanagloria

El presidente francés no presentó la medida como un mal necesario o una triste necesidad de emergencia, sino que aseguró que tal decisión es motivo de “orgullo francés” y un “mensaje universal”.

La mayoría de los diputados y senadores, reunidos en el Congreso de Versalles, aplaudieron al anunciarse los resultados de la votación, como si fuera una fiesta o un logro.

El primer ministro Gabriel Attal incluso aseguró que así se iniciaba una “era de un mundo de esperanza”.

Macron en X (antiguo Twitter) pidió celebrar “juntos la entrada de una nueva libertad garantizada en la Constitución, en la primera ceremonia de sellado de nuestra historia, abierta al público. Reunámonos este 8 de marzo, Día Internacional de los Derechos de las Mujeres”.

También, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, felicitó a Francia: “Celebramos la decisión de Francia de garantizar los derechos de las mujeres y salvar sus vidas”, publicó Tedros en su cuenta de Twitter.

Los obispos franceses

Ante las decisiones del Congreso, la Presidencia de los obispos franceses anunció que apoyaba el llamado a oración y ayuno que habían lanzado varias asociaciones católicas. En una nota, recordaron que “de todos los países europeos, incluso de Europa occidental, Francia es el único donde el número de abortos no disminuye e incluso ha aumentado en los últimos dos años”.

“Como católicos, siempre tendremos que permanecer servidores de la vida de todos y cada uno, desde la concepción hasta la muerte, artesanos del respeto a cada ser humano, que es siempre un don dado a todos los demás, para apoyar a quienes eligen conservar a su hijo incluso en situaciones difíciles”, añadieron. “Recemos para que nuestros conciudadanos redescubran el gusto por la vida, por darla, por recibirla, por acompañarla, por tener y criar hijos”, dice la nota firmada por el presidente de los obispos, Éric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims, y los vicepresidentes, Vincent Jordy, arzobispo de Tours y Dominique Blanchet, obispo de Créteil.

La Pontificia Academia para la Vida

“La defensa de la vida no es una ideología, es una realidad, una realidad humana que afecta a todos los cristianos, precisamente porque son cristianos y humanos”, declaró la Pontificia Academia para la Vida, citando un discurso del Papa Francisco del 25 de marzo de 2020. “En la era de los derechos humanos universales, no puede haber un derecho a suprimir una vida humana”.

La Academia pide “a todos los gobiernos y a todas las tradiciones religiosas que hagan todo lo posible para que, en esta fase de la historia, la protección de la vida se convierta en una prioridad absoluta, con medidas concretas a favor de la paz y la justicia social”, buscando “proteger ante todo a los más débiles y vulnerables· y recordando que “la protección de la vida humana es el primer objetivo de la humanidad”.

Con información de ReL

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 24 de marzo de 2024 No. 1498

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