Redacción

La belleza y los modelos de perfección física en México están ligados con la cirugía plástica, colocándolo en la tercera posición con mayor fama para realizar procedimientos estéticos, luego de Estados Unidos y Brasil. Dos de cada 10 mexicanos se realizan una cirugía plástica, de las cuales 200 mil son cirugías faciales. Las mujeres jóvenes, es decir, en edad universitaria son quienes buscan mayores correcciones, le han llamado la nueva forma de rejuvenecimiento y corrección. Se trata de un negocio donde los hombres piden una cirugía de nariz, orejas y papada para verse más perfectos. Es un fenómeno que se ha incrementado masivamente. Algunos consideran que es parte del aumento de calidad de vida y otros creen que es urgente “cambiar” elementos de su físico para pertenecer a un círculo social.

DEPRESIÓN Y FALTA DE CONFIANZA

A nivel mundial los hospitales que ofrecen una cirugía estética promueven la mejora en la calidad de vida de las personas, su publicidad versa en torno a sentirte seguro y aumentar el nivel de satisfacción social y detrás de bambalinas la realidad es otra, puesto que algunos expertos afirman que una persona con inclinaciones a modificar su apariencia física por medio de una cirugía, probablemente tengan una repercusión en su confianza, un aumento en sus niveles de estrés y efectos depresivos, lo que los orilla a tomar decisiones para continuar haciéndose cambios físicos más adelante. México y Colombia son dos países catalogados como destinos de “turismo de salud”, las personas los eligen para realizarse procedimientos estéticos con un 80% por debajo de los precios que pueden encontrar en otros países del mundo. El cuerpo constituye la materia prima para la modificación del físico, pero también para el aumento de ingresos económicos en cientos de clínicas que ofertan estos servicios, sin tocar el tema de desarrollo emocional y la aceptación personal en los pacientes.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y PUBLICIDAD DE IMPACTO

La influencia de los medios de comunicación, la masificación de imágenes estilizadas, la idealización de la perfección, el trabajo hacia el exterior de la persona, son las causas de la toma de una decisión para ser candidato a una cirugía estética. Desde el campo de la psicología se ha dictado que una persona que realiza un cambio en su persona de forma física desarrolla un tipo de ansiedad, lo que se ve reflejado en una baja de la salud mental de los pacientes. En México, en un año se realizan más de 102 mil intervenciones estéticas, y se estima que para el 2025 este negocio crecerá diez veces más. Es una industria que deja más de mil millones de dólares a nivel global. En nuestro país los estados con mayor incremento de cirugías son Quintana Roo, Monterrey, Ciudad de México y Guadalajara. Las revistas femeninas han incrementado sus contenidos relacionados con la opción de una cirugía plástica. En un año el 19.6% de sus artículos están relaciones con casos de éxito, costos y recomendaciones para someterse a un proceso estético.

CONSECUENCIAS Y RIESGOS

El ideal de la belleza que se persigue cada vez tiene mayores costos, puesto que los riegos que están presentes son muy imprevisibles o en algunos casos inevitables. La cirugía plástica es una invasión y una agresividad que el paciente no sabe enfrentar. Una cirugía reconstructiva es nueve veces más adversa que una cirugía por necesidad, las complicaciones han aumentado la tasa de mortalidad en países como Brasil y Colombia. El 35% de las cirugías se realizan en un marco ausente de ética y los pacientes que viven un error o daño generalmente regresan a extirpar o reparar alguna parte de su cuerpo. El cuerpo se ha vuelto un fenómeno de masas, se vuelve un producto de mercantilización y un fenómeno mediático que funge como un golpe a la conciencia del ser, sin medir los riesgos a largo plazo. Son una necesidad social y de influencia, pero no son una necesidad biológica.  El mercado de la cirugía plástica aumenta cada año un 300% y representan el 34% de ingresos económicos en el sector salud.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 5 de mayo de 2024 No. 1504

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