EDITORIAL

Los tiempos y las circunstancias lo exigen. Y la Iglesia católica, a través de sus obispos, ha dado un paso importante al denunciar la violencia que arrasa a las familias en todo el territorio nacional y proponer un camino de paz mediante la oración y la participación masiva en las próximas elecciones del 2 de junio.

El mensaje de la Conferencia del Episcopado Mexicano, firmado por el arzobispo de Monterrey, don Rogelio Cabrera López, y por el obispo de Cuernavaca, don Ramón Castro y Castro, mismo que publicamos en este número (Un urgente llamado a la paz y al rechazo de la violencia) es quizá el más fuerte y contundente de los que se han escrito en estos últimos días. Habla de muchas cosas que al gobierno no le gusta escuchar. Los obispos han tomado un papel profético.

Entre los asuntos tocados destaca la preocupación por el uso de redes sociales para esparcir mensajes de odio. Sobre todo, la repulsión que ha causado el que importantes funcionarios hayan impulsado el uso de una camiseta alabando a la “santa muerte” con el perverso mensaje de que “un verdadero hombre no habla mal de López Obrador”. Una provocación de este calibre no puede pasar desapercibida. El dedo huesudo de la oprobiosa figura que está puesto sobre los labios quiere decir en lenguaje llano: “el que hable mal del presidente no es macho y ya sabe a lo que se atiene”.

Le encargamos, amable lector/a, que revise ese comunicado. Que también lea la “Pequeña crónica de grandes días” (impresa en este mismo ejemplar) en la que contamos con detenimiento, el revuelo político que causó hace exactamente 35 años la llegada del octavo obispo de Querétaro, nuestro querido don Mario De Gasperín, y su recepción multitudinaria en el Estadio Corregidora.

Un acontecimiento simbólico que preparó el terreno para lo que hoy, venturosamente, estamos palpando: una Iglesia “en salida”, que dejó de ser muda, que asume que nuestra Patria está hecha pedazos y que es ella la encargada de echarla al hombro. Por lo demás nosotros, como dice un cartel que está en los templos de Guadalajara, “no debemos lavarnos las manos” (como Pilato) y el 2 de junio debemos salir a votar.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 5 de mayo de 2024 No. 1504

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