En la Conferencia del Episcopado Mexicano con profundo dolor e indignación, nos unimos en comunión de oraciones y solidaridad con las comunidades de Culiacán y de Ciudad Juárez que están viviendo días de incertidumbre y angustia.
En medio de estos episodios de muerte y crimen que se padecen en nuestra Nación, denunciamos públicamente estas situaciones y exigimos a todo grupo criminal recapacitar ante el dolor y el sufrimiento que ocasionan a sus propios hermanos. Tanta violencia sigue manchando de sangre nuestra historia y debilitando nuestros procesos de paz.
Pedimos a las autoridades de todos los niveles, mantengan la estabilidad nacional y el Estado de Derecho ante el crimen organizado.
Invitamos a todo el pueblo de México a unirse en una intensa y especial Jornada de Oración el día 6 de enero, pidiendo a Dios que toque el corazón de quien hace daño a sus propios hermanos y suplicamos a la Santísima Virgen María de Guadalupe, Reina de la paz que interceda para convertir nuestros corazones para ser verdaderamente arquitectos y artesano de paz.
+Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Presidente de la CEM
+Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca
Secretario General de la CEM
«Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios»
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