Por Mary Velázquez Dorantes
Bajo una ola de ideologías y tendencias globales, se ha posicionado la idea que el matrimonio en la actualidad está en extinción, sin embargo, tras la gran pregunta: ¿Quieres casarte conmigo? Encontramos grandes aportaciones del matrimonio en la estructura social. Por un lado, las estadísticas señalan que los millenials están retrasando su vida en matrimonio, pero no están huyendo de este, lo que está al frente es una media de 6 años de relación antes de casarse. Cabe destacar que el 37% de los millenials son hijos de matrimonios divorciados y cuando se les pregunta si desean vivir en matrimonio ellos responden que buscan una pareja segura de querer estar unidos siempre. Los resultados de una investigación realizada por el Instituto for Family Studies (IFS) nos brindan las claves para comprender el papel del matrimonio en la actualidad.
FAMILIAS ESTABLES
En estos tiempos los hombres jóvenes de familias estables tienen el doble de probabilidades de graduarse de la universidad que aquellos de familias desestructuradas. El matrimonio significa una unión que de certeza y brinde un ambiente seguro para formar una familia.
Al cierre del 2023 la edad promedio para casarse en hombres es de 30 años y 28 años en mujeres. Las nuevas generaciones tienen una mirada profunda con respecto al matrimonio dado que buscan ser más responsables con los hijos que desean tener. Las últimas investigaciones de IFS muestran que el matrimonio es absolutamente vital para formar a los niños y convertirlos en hombres sanos, pero también es vital para una sociedad saludable. Mientras que otro estudio en Carolina del Norte señala que cuando la generación millenial alcance la mediana edad, el 80% de ellos habrá contraído matrimonio con la idea de vivir juntos toda la vida.
ESTABILIDAD EMOCIONAL
La investigación de IFS demuestra que los chicos de familias con cónyuges no sólo tienen menos probabilidades de ir a la cárcel, sino que tienen muchas más probabilidades de acudir a la iglesia los domingos cuando son adultos. Por otro lado, un estudio en Virginia demuestra que las mujeres de las nuevas generaciones por primera vez en la historia están observando la vida matrimonial como un propósito de vida, lo que les significa encontrar una pareja que les garantice durabilidad y felicidad a la posterioridad; este mismo estudio reveló que los nuevos matrimonios tendrán mayor calidad, puesto que no buscan divorciarse y buscan una crianza estaba, gratificante en la convivencia y el aumento de valores. En los resultados de IFS se demuestra que los padres involucrados y presentes en el hogar reducen las probabilidades de que los jóvenes se conviertan en una amenaza para la sociedad.
FELICIDAD, SATISFACCIÓN Y MENOS ESTRÉS
Las ciencias sociales y los científicos que las estudian, avalan que el matrimonio permite que las personas sean más felices, estables y con mayores indicadores de satisfacción en la vida. Un matrimonio santo está relacionado con un corazón sano, además de generar vínculos satisfactorios. La ciencia indica que las parejas casadas evidencian mejores índices de salud, tal como lo publicó la revista American College of Cardiology, que indica que las personas casadas tienen un 5% menos de probabilidades de tener alguna enfermedad cardiovascular en comparación con los solteros. Por otro lado, la ruptura del matrimonio se relaciona con una baja de autoestima, de la competencia y el impacto del estrés postraumático.
HIJOS ESTABLES, SOCIEDAD ESTABLE
La presencia de padre y madre en un matrimonio genera hijos estables, mientras que los hogares sin padre aumentan el nivel de criminalidad. Niños y hombres cuyos padres son divorciados o no están casados, tienen dos veces más probabilidad de terminar en la cárcel cuando son adultos. Por otro lado, el rendimiento escolar de estos niños es mucho menor que el de los hijos de hogares estables. La ausencia de una figura paterna crea vacíos emocionales muy grandes, tanto en los hijos varones como en las niñas. Los hijos reciben seguridad cuando ven a sus padres y respetarse. Los padres involucrados y presentes en el hogar reducen las probabilidades de que los jóvenes se conviertan en una amenaza para la sociedad. En los hogares sin padre, las niñas tienen mayor probabilidad de comenzar a tener relaciones sexuales a temprana edad y, por lo tanto, embarazos y divorcios. Se ha demostrado en los últimos diez años que las culturas con mayor compromiso del padre en la crianza de los hijos son las menos violentas.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de julio de 2024 No. 1514