Por Sergio L. Ibarra

El pasado 2 de junio fuimos testigos de una experiencia democrática, quizás la última, en donde la candidata derrotada y los partidos de oposición quedaron maltrechos, junto con sus partidarios. El caso es que la primera mujer presidente de México será Claudia Sheimbaum. ¿Qué se puede anticipar ante el escenario nacional para los próximos meses?

Antes debe tenerse en consideración lo que enfrentará. La deuda externa más alta de la historia, una balanza comercial acumulada del sexenio negativa, es decir, importamos más de lo que exportamos, basado en una política monetaria del súper peso. No es una casualidad que el super peso haya perdido valor después de las elecciones.

No contará con los fondos que durante los sexenios de la naciente democracia mexicana se crearon, han desaparecido. Tendrá la herencia de los tres proyectos icónicos inconclusos de su jefe y el agotamiento del yacimiento de petróleo que ha dado de comer a nuestra nación desde los setenta. No perder de vista que se ha controlado la inflación con el super peso y se ha postergado la transición energética pero ¿Por cuánto tiempo más?

Habría que agregar que encuentra la mesa lista con todas las reformas constitucionales hechas del 2019 a 2024 para que el presidencialismo, que algunos ilusos pensábamos que había desaparecido, esté de regreso y sin ningún contrapeso.

HAY TRES ESCENARIOS QUE SE PODRÍAN ANTICIPAR:

  • Que se siga el proceso de la venezolanización paulatina de nuestra Patria. Hereda las bases para el establecimiento de una dictadura bajo un esquema “democrático”, semejante al del PRI del siglo pasado, pero con el agravio de combatir a la iniciativa privada, como sucede con Maduro.
  • Que se haga realidad la verdadera 4T y se formule la cuarta Constitución. Ese es el verdadero significado de la 4T. De todas las reformas que se hicieron faltó una, el cambio de régimen político. Esta cuarta Constitución sólo se justificaría por un cambio en este sentido: la nueva República Comunista de México.
  • Que dé marcha atrás y rescate a la democracia con todo lo que ello implica. Regresar a México a la senda del progreso, restaurando el Estado de Derecho y volver al verdadero, al auténtico progreso, no las dádivas compra votos, incentivar el desarrollo económico basado en la iniciativa privada y la creación de empleos formales.

La situación que enfrentamos como sociedad es compleja y podría marcar el mayor cambio de la historia desde la independencia.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 7 de julio de 2024 No. 1513

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