Por Martha Morales
La base del matrimonio es la pareja. En el noviazgo puede haber un compromiso tenue o fuerte, pero hay un compromiso de exclusividad, es decir, hay una expectativa de fidelidad. Las dificultades o de licias de un matrimonio empiezan por la pareja de novios. Van a construir o a destruir lo que van a hacer en el futuro. A pesar de la superficialidad de muchos, el noviazgo sigue siendo un proyecto de Dios. Un noviazgo bien vivido es una experiencia bella, de crecimiento y maduración personal, y prepara un futuro.
Estas recomendaciones pretenden ayudar a vivir el noviazgo a pesar de los desafíos actuales.
1ª Lo que viste en el cine, en la TV o en Netflix, no sirve. Precisamente un problema es que la gente joven tiene los ojos repletos de eso que muestran las pantallas. Esa relación de pareja que aparece en la pantalla es engañosa, falsa. Si quieres que tu noviazgo se parezca a ello, empezaste mal. Aparecen falsedades: se conocieron, se gustaron, se acostaron y, al día siguiente, se preguntan: “Y tú, ¿cómo te llamas?”. En esas relaciones el protagonismo es el gusto, es el tirano en esa relación. El gusto es lo más frágil de una relación, porque lleva a la hipocresía y al desastre.
2ª No ver el amor como entretenimiento. La relación que presentan en la pantalla es la esterilidad, las relaciones no tienen consecuencias. En la vida real no se puede huir de las consecuencias de tus actos.
3ª La relación de pareja se presenta como un hecho aislado, allí no aparece o no importa la familia de ella ni la de él. En la vida real, sí va a importar. Esa chica no salió de la nada, salió de la ternura de un papá y de una mamá. Ella es un ser importante para el padre y para su madre. En el modelo de Hollywood no hay familias detrás. La primera actitud errónea de un noviazgo es aislarse, es decir, que desaparezca la familia.
4ª Con el corazón, con el cuerpo y con los sentimientos de una persona no se juega. Toda persona inteligente, antes de empezar un noviazgo se plantea: “Esa persona ¿sueña con lo que ha visto en la pantalla o conmigo?”. La vida real no es la que sale en las pantallas o series.
5ª Hay que conocerte y conocerlo(a). La fidelidad te hace crecer como persona. Un buen noviazgo significa una oportunidad de crecer. Un muchacho tuvo problemas al casarse porque ella era el centro de su familia –la reina- y se hacía lo que a ella le apetecía. En el noviazgo hay que aprender a dar y a darse, y sino, no pasa la prueba, pues no piensa en la felicidad del otro, sólo en a propia.
6ª Hay que conocer la historia de la persona. Su conducta, ¿de dónde procede? Seguramente de su familia. Te conviene conocer bien a la familia. Todo lo que veas que lo rodea, todo lo lleva por dentro, ya que muchas conductas de la persona se explican al conocer sus raíces. Hay novios que se encierran en ellos mismos y pierden una oportunidad de oro de conocerse más conociendo a fondo a sus familias.
7ª No aislarse en el noviazgo. Cuidado con el “egoísmo de dos”. La conversación se da sólo entre ellos. “Yo te mido, tú me miras”. Ese es el modelo de las películas, son personas sin familia. El modelo egoísta se ha impuesto. El día que haya problemas, ¿a quién vas a consultar? A la familia. Esos muchachos que quieren apartar a la novia de sus padres, quieren apartarla de sus principios morales que le dieron. Es una estrategia para poder jugar con ella (él). Mientras ella o él tenga conciencia de lo que vale y del apoyo de sus padres, no es vulnerable. Si se separa a la persona de sus raíces, se separa de sus principios.
8ª Ir a experiencias exóticas, a lugares raros, a comer o a cenar, a divertirse, a entretenerse; pero no se habla del hogar, de vida adulta con derechos y deberes, hay superficialidad. Hablar de temas de hogar es hablar de hijos y de criterios de educación. Si ves que el chico(a) no es el adecuado, no pierdas el tiempo. El tiempo de fertilidad para la mujer es limitado.
9ª No alargar el noviazgo a más de seis años porque empiezan las familiaridades y la rutina. Una virtud que provoca admiración es la castidad porque supone una altura moral.
10ª No prescindir de Dios. Las parejas no rezan, no se preparan espiritualmente, luego no saben afrontar las calamidades. Si no rezan, están sin recursos para afrontarlos, y le echan la culpa a Dios. Las desgracias suceden, hay que tratarlo desde el punto de vista de las probabilidades. No tiene nada que ver con Dios ni con la religión. Va a llegar. Hay quien dice: “Tengo buen armamento intelectual, emocional, monetario”, habla un pavorreal (Nelson Medina).
Imagen de Mohamed Chermiti en Pixabay