Redacción

El Papa Francisco ha dado un paso decisivo en la historia espiritual de Medjugorje, aprobando un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe -publicado hoy- que no se pronuncia sobre la sobrenaturalidad de los hechos, pero reconoce los abundantes frutos espirituales que han surgido de este lugar de peregrinación. Con este gesto, el Papa invita a los fieles a discernir con cuidado, a la luz de la fe, los supuestos mensajes vinculados a la Reina de la Paz.

El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio, y monseñor Armando Matteo, secretario de la sección doctrinal, han subrayado que, aunque no se emite un juicio sobre la vida moral de los videntes, los frutos espirituales hablan por sí mismos: conversiones, retorno a los sacramentos, vocaciones y renovaciones matrimoniales son apenas algunos de los muchos testimonios que Medjugorje ha generado a lo largo de los años.

El documento, aprobado el 28 de agosto, destaca que la paz es el núcleo del mensaje de la Reina de la Paz. No se trata de una paz superficial, sino de una paz profunda, aquella que sólo Dios puede dar y que transforma no solo las relaciones familiares, sino también la vida social y espiritual de quien la recibe.

Medjugorje es un lugar de encuentro, oración y reconciliación.

Aquí, católicos, cristianos ortodoxos y musulmanes han encontrado un espacio de diálogo y caridad, especialmente en tiempos de necesidad, como lo demuestra el trabajo con huérfanos, adictos y discapacitados. No es una coincidencia que la Virgen María, en sus mensajes, llame a la conversión y a la oración como caminos seguros hacia la paz verdadera.

Sin embargo, el Dicasterio también ha lanzado un llamado a la prudencia.

Algunos mensajes de los videntes podrían estar mal interpretados, generando confusión y desviaciones teológicas. Para evitar distorsiones, es necesario que los fieles se acerquen a Medjugorje con un corazón abierto, pero también con la guía de la Iglesia. La Reina de la Paz no profetiza catástrofes, sino que nos llama, con ternura maternal, a volver a su Hijo. Todo depende, como siempre, de nuestra respuesta: la conversión.

Así, el nulla osta del Papa no es solo una aprobación, sino una invitación a profundizar en la fe, a descubrir en Medjugorje un espacio donde Dios nos sigue llamando a través del mensaje de la Virgen: paz, conversión y abandono confiado en Dios.

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