Por P. Prisciliano Hernández Chávez
Existen diversas opiniones a lo largo de la Historia sobre la identidad de Jesús de Nazaret. Desde aquellas de sus contemporáneos, -que si Juan el Bautista, que si Elías o alguno de los profetas (cf Mc 8, 27-35), hasta las propias de la cultura contemporánea.
Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías”.
San Juan Pablo II en ‘Tertio Millenio Adveniente’, nos dirá
‘En Jesucristo, Verbo encarnado, el tiempo se convierte en una dimensión de Dios, que es eterno en sí mismo’; e insiste en ‘Fides et Ratio’: el Eterno entra en el tiempo, el todo se esconde en el fragmento, Dios asume el rostro del hombre’ (nº 12).
Es Dios quien, en Jesucristo, se adentra en la historia, busca sin cesar a toda persona humana, porque ‘Aquél que es la Palabra-Verbo-Logos se hizo hombre y habitó entre nosotros’ (Jn 1, 14); Cristo Jesús, ‘quien siendo de condición divina, no consideró codiciable permanecer igual a Dios, sino se despojó de sí mismo, asumió la condición de esclavo y haciéndose semejante a los seres humanos’( Flp 2, 5-7, traducción de la Biblia de la Iglesia en América).
En la Vigilia Pascual, la Iglesia por medio del Cirio, símbolo de Cristo resucitado, proclama:
‘Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos’.
El discípulo y testigo de Jesús de Nazaret lo reconoce como Cristo-Mesías centro de la Historia.
Ángelo Amato en su cristología, ‘Jesús el Señor’, cita a un hindú Swami Ranganathananda quien afirma: ‘Para el que no es hindú es difícil comprender cómo nosotros profesamos una religión diferente, podemos abrir nuestros corazones, con el mismo fervor, para recibir la inspiración de este gran hijo del hombre que es Jesús. El acercamiento de la India a la religión es experimental, no dogmático. Y la espiritualidad que la India busca en su investigación religiosa no es un credo o un dogma’ (págs. 9-10).
A Gandhi le impresionó profundamente el tema de las ‘bienaventuranzas’ del Sermón de la Montaña. Es Jesús mártir, encarnación del sacrificio y un gran maestro de humanidad.
En el budismo se le equipara a Buda o Confucio, como uno de los sabios de Oriente, por su ejemplo y su alta moralidad.
Para Martín Buber, filósofo judío, dice de Jesús:
‘Jesús es para mí el eterno hermano, no solo hermano en cuanto hombre, sino también mi hermano judío. Siento su mano fraterna que me toma para que lo siga. No es la mano del mesías, esta mano que tiene señales de heridas. Indudablemente no es una mano divina, sino una mano humana, en cuyas rayas está excavado el más profundo dolor’(cita de Amato, Ibídem).
En el Corán del Islam, Jesús es mencionado en 15 capítulos. Se le considera un gran profeta del Islam, nacido de María Virgen por el altísimo poder de Dios, que obró milagros, maestro del monoteísmo y de la sumisión total a Dios, que significa literalmente ‘islam’, pero por supuesto que los islámicos niegan su divinidad y la trinidad.
Para Simone Weil (1909-1943), filósofa y de la resistencia francesa:
‘Antes de ser Cristo, Jesús es la verdad. Si nos desviamos de él para ir hacia la verdad, no andaremos un gran trecho sin caer en sus brazos’; también que ‘el conocimiento de la caridad de Cristo supera toda ciencia. El verdadero amor al prójimo sería una asimilación de este amor, un amor descendente’.
Para Hegel, ‘Jesucristo ha sido el quicio de la historia’, según su ‘Historia de Jesús’, en un intento juvenil de armonizar razón y cristianismo.
En una entrevista que le hicieron a la hoy Santa Teresa de Calcuta, -la Madre Teresa, le preguntaron para usted ¿quién es Jesús de Nazaret? Ella respondió: ‘Para mí Jesús de Nazaret es la Verdad a proclamar, la Vida a vivir, el Camino a seguir’.
Y… la pregunta más importante para mí ¿qué y quién es Jesús de Nazaret? Será respuesta que nos traspasa el alma, vida que da sentido a nuestra existencia, el por qué, para qué y por quién vivir ¿Verdad que sí?
Jesús de Nazaret es el Cristo de la fe de la Iglesia, de los humildes y sencillos, la razón de ser de los santos, quienes son su explicación viva.
Imagen de Jenni Tirronen en Pixabay