Por P. Fernando Pascual
Entre el encargado de personal y el coordinador de un máster surgió una discusión acalorada. Se llegó a los insultos, salieron a relucir errores del pasado que uno reprochaba al otro.
Después de semanas, los dos implicados en la discusión todavía no se hablaban. Reinaba entre ellos un clima tenso que afectaba a otros colegas.
Existen tensiones entre quienes comparten una misma oficina, o colaboran en la universidad, o participan en los distintos niveles operativos de una empresa.
Esas tensiones desgastan, incluso llevan a un daño en la “productividad” o en la coordinación: si dos personas no consiguen restablecer sus relaciones, al final todos quedan afectados.
Si fuera fácil superar esas tensiones, durarían poco. Desgraciadamente, por motivos diferentes, esas tensiones pueden durar mucho tiempo, sin que se vea un camino para desbloquear la situación.
Alguno podría decir: ¿es que cuesta tanto perdonar y pedir perdón, buscar un punto de acuerdo, romper con muros en los que cada uno se atrinchera sin dar su brazo a torcer?
En ocasiones, bastaría un poco de humildad para salir al encuentro del otro, para reconstruir puentes, para serenar el ambiente entre colegas.
Por desgracia, problemas personales, historias que uno lleva a cuesta, incluso desajustes psicológicos, provocan que las tensiones duren por meses sin señales de esperanza.
Cuando nos toque entrar en un conflicto por diferencias en los puntos de vista, conviene poner en marcha acciones concretas orientadas a apagar fuegos, a serenar ánimos, para que dejemos de ir contra las personas y podamos centrar las relaciones en cada tema concreto.
No siempre será fácil lograr un clima sereno a la hora de confrontarse y exponer lo que cada uno ve, muchas veces con las mejores intenciones, para ayudar al buen éxito de un proyecto común.
Pero con una buena dosis de humildad, con un esfuerzo sereno para escuchar no solo lo que el otro dice, sino lo que siente ante este conflicto, será posible reducir daños y buscar puntos de encuentro para colaborar en proyectos que, de verdad, deseamos llevar adelante con nuestro trabajo y con la sincera colaboración de todos.
Imagen de Oleksandr Pidvalnyi en Pixabay