Por Jaime Septién

Viene el maratón de los propósitos para 2026. La mayoría –y no digo que esté mal—se refieren a cuestiones como bajar de peso, hacer ejercicio, dejar las copas, tener mejor trabajo, ser más simpáticos, perdonar, ser perdonados… Muy pocas veces he escuchado (o me he escuchado diciendo) “involucrarme con los asuntos de mi ciudad”.

Quizá no sea algo de relumbrón, pero es tal el deterioro urbano en todo el país que merece nuestra atención. Y nuestra acción. Con un organismo social que ya despareció, hace año El Observador se unió en una campaña que me sigue pareciendo extraordinaria: Una hora por México. Se trataba de dar una mísera hora a la semana en una actividad por los demás.

Enlistamos bastantes acciones. Recuerdo algunas: limpiar el parque de la colonia; embellecer el frente de nuestra casa, leerles un cuento a los niños del orfelinato, enseñar matemáticas a un niño de escasos recursos, generar un club de lectura en la colonia, recoger libros y poner una biblioteca en la que los que quieran puedan llevarlos, visitar a un ancianito, llevarle una despensa a quien la necesita, plantar un árbol en un espacio público…

Tantas actividades como ganas de servir al país al que le debemos todo. Alejados de la política y de las ideologías. Abiertos a los demás. Mucho golpe de pecho, mucha crítica en los chats, acumulación de odio, esperanza de que “todo cambie a mi favor”. Vamos a empezar por lo pequeño. Lo grandote nos apabulla. Terminamos por no hacer nada.

¿Una hora a la semana es muy poquito? Súmale 20 mil que se unan a la propuesta y son 80 mil horas al mes. Cada mes completamos 9 años de trabajos por la ciudad y por sus habitantes. En un año habríamos dado 108 años de acciones desinteresadas. Y habríamos recuperado nuestra ciudad, nuestros vecinos, nuestro barrio. Sin que intervenga ningún partido político. ¿No es un propósito loable de año nuevo? A partir de la última de enero, si Dios nos presta vida, El Observador va a relanzar este proyecto.

Mientras tanto, ¡felicidades!

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 28 de diciembre de 2025 No. 1590

 


 

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