Por Miriam Apolinar
“Sábelo, ten por cierto, hijo mío el más pequeño, que yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive… Mucho deseo que aquí me levanten mi Casita Sagrada”. — Nican Mopohua, núm. 17
Una voz de cinco siglos que sigue hablando al corazón de México
Con estas palabras —que Juan Diego escuchó en 1531 en lo alto del Tepeyac— comenzó la historia guadalupana que, lejos de apagarse con el paso del tiempo, se ha convertido en el pulso espiritual más profundo del pueblo mexicano. Para millones, no se trata de un relato antiguo, sino de una presencia viva que consuela, acompaña y llama.
La Virgen de Guadalupe no solo pidió un templo. Pidió un hogar. Una “Casita Sagrada” donde sus hijos, agotados por la violencia, la pobreza, las enfermedades o la soledad, pudieran encontrar descanso. Por eso cada 12 de diciembre —sin importar contexto político, crisis o incertidumbre— México se detiene. Las carreteras se vuelven ríos de peregrinos; los silencios se transforman en oración; las flores se vuelven gratitud.
En la Basílica de Guadalupe, el segundo recinto mariano más visitado del mundo después de San Pedro, más de 12.1 millones de peregrinos acudieron solo en 2024, según cifras oficiales. Y para este 2025, del 6 al 15 de diciembre, se espera un flujo superior a los 12 millones, atendidos mediante un operativo especial que involucra seguridad, salud, tránsito y asistencia espiritual.
Este año, además, los fieles llegan en un contexto histórico particular: México avanza hacia los 500 años del Acontecimiento Guadalupano (1531-2031). Desde 2022, la Basílica vive la Novena Intercontinental Guadalupana, impulsada por el Papa Francisco, un camino de nueve años de preparación espiritual para el gran jubileo. De forma paralela, el 2026 marcará los 50 años de la Nueva Basílica, inaugurada el 12 de octubre de 1976.
En medio de estos preparativos y bajo el lema de los Festejos Guadalupanos 2025 —“Santa María de Guadalupe, Madre de Esperanza, Reconciliación y Paz”— surge una pregunta profunda: ¿Qué le pedirá México a la Virgen de Guadalupe este 12 de diciembre?
Para responderla, El Observador de la Actualidad conversó con Monseñor Jorge Antonio Palencia Ramírez de Arellano, canónigo de la Basílica, experto en espiritualidad guadalupana y responsable de la Novena Intercontinental Latinoamericana. Su visión —pastoral, histórica y social— ilumina las heridas, los anhelos y las esperanzas que hoy convergen en el Tepeyac.
1. Un país que suplica paz y seguridad
La principal petición que México llevará a la Virgen de Guadalupe —afirma Monseñor Palencia— es la búsqueda urgente de paz. No una paz abstracta, sino una que transforme la vida cotidiana ante el desgaste social provocado por la violencia. “El hartazgo de la gente ha llegado a un límite insostenible”, señala.
Testimonios que llegan a la Basílica hablan de familias que no saben si sus hijos regresarán de la escuela; comunidades sitiadas por el crimen; carreteras que se recorren con miedo; barrios donde el silencio de la noche ya no es símbolo de descanso.
Monseñor Palencia es contundente en su diagnóstico: “Es como querer aliviar un cáncer con una aspirina. Se dan palabras, pero no hechos que detengan el deterioro humano”.
Por eso, la súplica por seguridad se ha convertido en un clamor espiritual. Millones llegan al Tepeyac no solo buscando protección, sino también fortaleza para resistir, sostener a sus familias y no perder la esperanza.
2. El Tepeyac, un espacio de duelo para un país herido
La Basílica es hoy uno de los mayores espacios de acompañamiento para el duelo nacional. Cada semana llegan madres buscadoras, hijos que buscan a sus padres, esposas que llevan años sin respuesta, hermanos que marchan con fotografías colgadas al pecho.
“Muchos peregrinos vienen con el rostro marcado por la ausencia”, explica Monseñor Palencia.
El Tepeyac se ha convertido en un santuario donde se llora, se suplica y se encuentra un alivio que las instituciones no siempre ofrecen. Ahí convergen heridas abiertas:
- Desapariciones
- Violencia familiar
- Crisis de adicciones
- Migración forzada
- Desintegración social
A esta herida se suma una realidad creciente: el reclutamiento de jóvenes y adolescentes por parte del crimen organizado.
“Muchachos de 12 o 14 años están siendo captados. No es que desaparezcan para morir; desaparecen porque entran a caminos peligrosos”, denuncia.
Por ello, una de las peticiones más insistentes de los peregrinos es la protección de sus hijos y la preservación de sus familias.
3. La fuerza del mensaje que no envejece: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”
En medio del dolor y la desesperanza, el mensaje de la Virgen a Juan Diego en 1531 adquiere una pertinencia impresionante.
Monseñor Palencia lo resume así:
“Ella no viene a plantear estrategias. Viene a abrazar. Y ese abrazo sostiene a quienes no encuentran respuestas humanas”.
En una sociedad polarizada, la Virgen de Guadalupe sigue siendo un puente. Una presencia que une a quienes no comparten ideología, nivel socioeconómico ni realidad política. Su rostro mestizo continúa diciendo: “Aquí estoy. No te dejo solo”.
4. La misión pendiente: construir la “Casita Sagrada” hoy
El Acontecimiento Guadalupano no se limita al consuelo. La Virgen confió una tarea: levantar su Casita Sagrada.
Para Monseñor Palencia, esta es la misión espiritual más urgente del país:
“Esa casita es nuestro corazón, nuestra familia, nuestra comunidad, la nación entera”.
La Novena Intercontinental Guadalupana (2022-2031) busca precisamente eso: un proceso de renovación espiritual, reconciliación social y retorno a la fe. El camino hacia 2031 es un llamado a reconstruir la convivencia, sanar heridas y volver al encuentro sencillo que nace del amor.
5. Más sacramentos, más peregrinos: un México que vuelve a buscar a Dios
Un dato significativo marca este 2025: la vida sacramental se ha disparado en la Basílica.
Monseñor Palencia lo detalla:
*Se duplicaron bautizos, matrimonios y confirmaciones.
*Las filas para confesarse son largas y constantes.
*Los grupos llegan mejor preparados espiritual y comunitariamente.
Y lo más sorprendente: “En misas donde comulgaba un 15 o 20%, hoy alcanza el 40%”.
Mientras la violencia crece, también crece la búsqueda de Dios. El aumento en la participación sacramental muestra un país que regresa a su raíz espiritual para encontrar dirección.
6. Hacia los 50 años de la Nueva Basílica: historia, arquitectura y milagros silenciosos
En 2026 se celebrará medio siglo de la Nueva Basílica de Guadalupe, uno de los templos más emblemáticos del país. Su construcción fue una obra monumental que unió ingeniería, fe y generosidad sin precedentes.
Los arquitectos involucrados fueron Pedro Ramírez Vázquez, autor del Estadio Azteca, el Museo Nacional de Antropología y el Templo Mayor. Junto a él trabajaron también José Luis Benlliure, Alejandro Schoenhofer, Fray Gabriel Chávez de la Mora y Javier García Lascuráin.
Monseñor Palencia comparte un dato que sorprende a muchos:
“En dos años se levantó toda la estructura. Y nadie cobró un peso. Todo fue donado”.
Entre los detalles más impresionantes:
El techo de madera fue colocado por carpinteros canadienses que trabajaron gratuitamente. El órgano monumental también fue donación del pueblo canadiense.
El templo, con capacidad para 10 mil personas, puede extenderse hasta 50 mil usando la capilla abierta del segundo piso.En el sótano se encuentran criptas con más de 15 mil nichos.
El traslado de la imagen en 1976 —televisado en blanco y negro y narrado por Paco Malgesto— marcó a generaciones.
Desde entonces, la Nueva Basílica ha recibido dos pontífices (Juan Pablo II y Francisco) y ha sido sede de beatificaciones históricas, incluida la canonización de San Juan Diego.
7. Historias que cambian vidas en el Tepeyac
En 20 años de servicio, Monseñor Palencia ha sido testigo de innumerables testimonios. Uno de ellos lo marcó profundamente:
Un padre llegó llorando, pidiendo fuerzas para despedirse de su hija agonizante. Tiempo después volvió… para agradecer el milagro. “Ahora ya va por su segundo hijo”, relata con emoción.
También recuerda el día en que el Papa Francisco lo miró fijamente en 2016 y le dijo:
“Sé misericordioso”. Una frase que —confiesa— sigue siendo brújula en su misión.
8. El Papa León XIV celebrará por primera vez una Misa guadalupana en el Vaticano
Por primera vez, un Papa celebrará una misa en honor a la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro. El 12 de diciembre, el Papa León XIV presidirá esta solemnidad que no solo involucra a México sino a toda la cultura guadalupana.
El pontífice ha expresado reiteradamente su cariño por México y ha confirmado su deseo de visitar la Basílica de Guadalupe en un futuro viaje por América Latina, junto a posibles visitas a Argentina, Uruguay y Perú.
“Sabemos que en el corazón del Papa está Guadalupe”, subraya Monseñor Palencia.
Las tradicionales mañanitas en la Basílica se realizarán el 11 de diciembre a la media noche (tiempo de la Ciudad de México), para después dar paso a la santa Eucaristía.
9. Para quienes no podrán visitar la Basílica este año
Monseñor Palencia ofrece un mensaje especialmente significativo:
“Ella sabe cómo atajarnos. Así lo hizo con Juan Diego, con Juan Bernardino, con Zumárraga.
El Tepeyac no es solo un cerro; es el mundo. Ella está donde necesita estar”.
Para quienes viven lejos, para los enfermos, para quienes trabajan o atraviesan momentos difíciles:“Cierra los ojos… y ahí está ella”.
Un país herido que camina acompañado por su Madre
Este 12 de diciembre, millones llegarán de nuevo al Tepeyac con sus miedos, sus sueños y sus anhelos de un México distinto. Pedirán seguridad, unidad, reconciliación y paz. Y aunque los desafíos parezcan enormes, México vuelve a escuchar las palabras que sostuvieron a Juan Diego: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”
En esa certeza, el país encuentra consuelo, dirección y fuerza para seguir caminando.
Para más información sobre los Festejos Guadalupanos 2025, visita el sitio oficial virgendeguadalupe.org.mx y sus redes sociales.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 7 de diciembre de 2025 No. 1587





