Por Cecilia Galatolo

A continuación, presentamos tres películas infantiles que pueden ser de gran enriquecimiento para los adultos. Son historias en las que podemos encontrar valores quizás perdidos o dejados de lado, películas que pueden ablandar un corazón endurecido o sanar uno roto.

1.El niño con el pijama de rayas (2008), de Mark Herman

Adaptación cinematográfica de la novela homónima del escritor John Boyne, la película está ambientada durante la Segunda Guerra Mundial y nos muestra el horror de los campos de concentración nazis desde la perspectiva de dos niños que, a pesar de estar separados por una alambrada, logran desarrollar una profunda amistad.

Uno de ellos es Shmuel, un niño judío prisionero en el campo de concentración; el otro es Bruno, hijo de un comandante nazi que supervisa el campo y que vive en una casa cercana.

Bruno descubre el campo casi por casualidad y, en un principio, lo confunde con una granja. A lo largo de la historia, la alambrada que separa a los dos niños parece ser una barrera insuperable para los adultos, pero irrelevante para ellos, pues logran conocerse, apreciarse y construir un vínculo más allá de los prejuicios y las diferencias de sus mundos.

Reflexión: Aunque la historia y su desenlace son dramáticos, la película nos deja un mensaje claro: donde los adultos levantan muros y barreras, los niños aún son capaces de construir lazos de amistad y solidaridad. Para quienes conservan la pureza del corazón, ningún muro es infranqueable.

2. Mi hermano persigue dinosaurios (2019), de Stefano Cipani

El protagonista de esta historia, basada en el libro autobiográfico de Giacomo Mazzariol, es Jack, un niño que ha crecido con dos hermanas mayores y siempre ha deseado tener un hermano varón para jugar con él.

Cuando su madre queda embarazada y le anuncian que tendrá un hermanito, Jack se llena de emoción. Sin embargo, lo que no sabe es que su hermano nacerá con síndrome de Down.

Con el tiempo, el niño experimenta sentimientos contradictorios: en un principio, lo rechaza y se avergüenza de él, al punto de evitarlo e incluso negar su existencia. Solo después de haber cometido varios errores, Jack comprenderá lo especial que es su hermano y aprenderá a aceptarlo con amor.

Reflexión: La película nos enseña a los adultos a ser humildes, a cambiar de perspectiva y a maravillarnos con las pequeñas cosas de la vida.

3. Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario (2005), de Andrew Adamson

Cuatro hermanos se encuentran, de manera repentina y sin haberlo planeado, en un mundo fantástico. Mientras juegan al escondite en la casa de un viejo tío, misteriosamente atraviesan un armario mágico que los transporta al Reino de Narnia.

Este reino, que en otro tiempo fue luminoso y próspero bajo la guía del sabio león Rey Aslan, ha caído en la oscuridad y la desesperación bajo el dominio de la Bruja Blanca, quien ha impuesto un invierno eterno y ha esclavizado a todas sus criaturas.

Los cuatro hermanos no han llegado allí por casualidad. Son los elegidos para derrotar a la Bruja y devolver la libertad a Narnia. Acompañados y guiados por Aslan, inician su misión.

Sin embargo, uno de ellos, Edmund, comete una traición y, según las leyes de Narnia, debe pagar su falta con la vida. Pero Aslan, siendo inocente, se sacrifica en su lugar, ofreciendo su propia vida en un acto de amor y redención.

Sin embargo, su sacrificio no es el final. Como en toda historia de redención y esperanza, la muerte de Aslan conduce a su resurrección, y con ello, a la salvación de Edmund, quien es rescatado y perdonado por sus hermanos.

Reflexión: Esta película nos deja una enseñanza fundamental: la unión nos hace más fuertes, y el perdón, tanto cuando se da como cuando se recibe, nos salva. En cambio, el individualismo solo nos aleja de los demás y de nosotros mismos.

*Artículo publicado originalmente en el portal www.familyandmedia.eu 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de septiembre de 2025 No. 1575

 


 

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