Por Mary Velázquez Dorantes

La paz es una hermosa tarea para las nuevas generaciones. Los niños y niñas mexicanas saben reconocer la necesidad de un mundo y un México deseosos de paz; también reconocen que es una cualidad humana y que desde pequeños es urgente. En el Colegio Naciones Unidas, de la congregación de Misioneras Marianas, realizan una ardua labor de enseñanza y reflexión de la paz con los niños de preescolar y primaria. En su metodología les inculcan el cuidado del planeta, el respeto a la vida, a los animales, además de proporcionarles las herramientas para orar por la paz del mundo.

En esta ocasión hablamos con Mahetsi, una niña de ocho años; Bruno, un pequeño de siete años; María Rebecca de seis años y Camila, una niña de tres años, quienes compartieron sus ideales sobre la paz en México, así como sus oraciones y dibujos para que esta sea posible en todos los países.

Al preguntarles qué consejos les darían a los adultos para erradicar la violencia en nuestro país, ellos respondieron:

Mahetsi: “Amarnos unos a otros y respetar ese amor fraterno entre los mexicanos”.

Bruno: “No matarnos. Hay muchas muertes y no debemos hacerlo”.

Rebbeca: “Los adultos no deben enojarse, porque eso causa problemas”.

Camila: “Respeto entre todos”.

Al preguntarles qué es la paz, sus respuestas estuvieron llenas de inocencia pero también de certeza:

Mahetsi: “La paz es el amor y el respeto que debemos tenernos todos”.

Bruno: “Aprender a cuidar el planeta, los animales, no matarlos ni hacerles daño, y no enojarnos nosotros con los demás”.

Rebecca: “La paz es saber que somos muchos y somos diferentes todos”.

Camila: “La paz es una tarea”.

Los cuatro niños se unieron en una oración a la Virgen María bajo la plegaria de Dulce Madre, y luego reconocieron que Papá Jesús es la guía para llegar a la paz. Rezando el Padrenuestro, éstos pequeños pidieron a grito unísono: “María, ruega por la paz de México”.

También se les preguntó por qué les gustaría que existiera paz en México y esto nos dijeron:

Mahetsi: “Tenemos mucha violencia y no sabemos cuidarnos”.

Bruno: “Hay muchas muertes, eso no es bueno. Yo le digo a mi papá que matar a los gallos no es bueno”.

Rebbeca: “Para vivir felices. A mí me gustan mucho los conejos, el planeta, las flores y si somos malos no somos felices y ellos tampoco”.

Camila: “Para vivir”.

Reconocer que los niños poseen habilidades pero también deseos para interpretar cómo es el mundo que les ha tocado vivir, es ahora un reto para padres y formadores. Sus experiencias y pensamientos reflejan que estas generaciones han aprendido a hablar del tema, pero sobre todo a desarrollar mensajes llenos de amor para que el mundo valore la paz.

Ellos reconocen que somos diferentes, que se debe respetar la vida, que perdonan cuando se enojan y que cuidan de las plantas y nos animales. Estas son pistas para entender la necesidad de una infancia que busca la paz y que sabe que sus oraciones son escuchadas. Gracias a ellas se puede conseguir un México sin violencia.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 19 de noviembre de 2023 No. 1480

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