Por Miriam Apolinar “Sábelo, ten por cierto, hijo mío el más pequeño, que yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive… Mucho deseo que aquí me levanten mi Casita Sagrada”. — Nican Mopohua, núm. 17 Una voz de cinco siglos...

















