Por Chucho Picón| @Chuchopicon

El periodista argentino Andrés Beltramo Álvarez, que trabaja como corresponsal en Roma para diversos servicios informativos, es el autor del libro “La reforma en marcha. Emoción y desconcierto en tiempos de Francisco”, en donde expresa sus puntos de vista hacia dónde quiere el Papa Bergoglio conducir a la Iglesia. De esto ha hablado para El Observador en la siguiente entrevista.

Andrés, ¿qué te trae a México?
Vine para dar algunas conferencias y para la presentación de mi más reciente libro, que es “La reforma en marcha”, un libro sobre los dos primeros años del pontificado de Francisco y sobre la reforma que precisamente él está llevando para la Santa Sede y para la Iglesia.

¿Cuáles son esos temas de la reforma, cuáles son los cambios que está impulsando Francisco?
Sobre todo es una reforma en el lenguaje y en la forma en que la Iglesia está comunicando sus valores de siempre, los valores propios de la Iglesia pero con una insistencia muy grande en el tema de la misericordia. No es casual, pues el Papa se da cuenta que el mundo de hoy, tan degradado, requiere un abrazo de ternura, que ciertamente está basado en las enseñanzas de Jesús, que son las enseñanzas de la Iglesia, pero con una insistencia casi, digamos, obsesiva en el buen sentido de la palabra sobre el la misericordia. Él quiere que se salga a las periferias para encontrar a aquellos que en el mundo están sufriendo y necesitan ese abrazo tierno de la Iglesia.

¿Cuáles serían las resistencias que se ha encontrado Francisco desde tu perspectiva, y qué cambios habrá frente a esos lobbies que ha detectado en el Vaticano?
La otra parte de la reforma del Papa es justamente la reforma a estructuras que están en la Santa Sede y también en la Iglesia en diferentes partes del mundo, y que han demostrado sus límites; que han servido en el pasado pero que ahora están frente al desafío de cambiar. Lo que es más profundo no cambia, pero sí puede cambiar lo que es temporal y mutable, como es la forma en que se gestionan las parroquias, o cuestiones administrativas, financieras, etc.

El Papa está muy preocupado porque se da cuenta de que esta reforma que tiene que ver con ese abrazo de misericordia no sirve de nada si hay una incongruencia dentro de la Iglesia. Por eso él ha ido a fondo al proponer una nueva forma de vivencia del papado, que implica un gran desafío para las estructuras de la Santa Sede; y eso ha generado resistencias seguramente. Resistencias porque el mensaje del Papa es un mensaje que sacude, que va a la profundidad, a la raíz y que es evangélico. Y como Jesús cuestionó el status quo de su época, también Francisco está cuestionando el status quo en muchos ámbitos de la Iglesia.

¡Y eso genera resistencia, enemistades y molestias de cardenales, de obispos, de gente dentro y, sobre todo, de mucha gente fuera de la Iglesia! Quizá por la popularidad del Papa a nivel internacional esto no es muy claro y evidente en los medios, pero que subrepticiamente están queriendo minimizar. El Papa no tiene miedo a esto; por lo que ha dicho y ha manifestado, cuenta con que haya esta resistencia, pero esto no lo va a cejar en su reforma; lo dijo, por ejemplo, cuando se conoció la filtración de documentos conocida como Vatileaks, que quiere de alguna manera dañar este proceso de reforma. Y él mismo ha dicho que estén tranquilos, que no haya turbación, porque va a seguir este proceso de reforma de la Iglesia.

Andrés, a este Papa se le confunde mucho, se le quiere relacionar con la izquierda; ¿por qué?
El Papa es una persona que tiene una gran sensibilidad social; pero esta sensibilidad no viene de ninguna ideología política, viene del mensaje de Cristo. Cristo durante toda su vida, según quedó plasmado en los evangelios, el noventa y nueve por ciento de sus actos era con los pobres, los publicanos, los leprosos, los enfermos… y, sí, con el pueblo judío, pero sobre todo con estas personas.

Francisco justamente está sensibilizado con esto, y establece que no podemos mantenernos ajenos a la necesidad que todos estos grupos excluidos tienen del mensaje de la Iglesia. Y esto ha hecho que algunos entiendan como que su cuestionamiento que hace al sistema que genera estas exclusiones es un cuestionamiento político. Pero no, desde mi humilde punto de vista, no es un cuestionamiento político; es un cuestionamiento que atañe a todos, porque es un sistema que estamos construyendo todos y que es a todas luces inequitativo.

El Papa lo que hace es constatar que ese sistema debería cambiar desde el bien y desde el amor, que es lo que justamente debería ser el punto de medido en la sociedad actual, y que en realidad no lo es. Y de ahí viene cierta confusión sobre una pretendida ideología política del Papa, cuando en realidad él sólo está manifestando los valores más profundos de la Iglesia.

¿Los que lean tu libro qué van a encontrar?
Un camino, el camino de alguien que no conocía profundamente al cardenal Bergoglio sino que sólo lo había saludado en algunas ocasión mas no había tenido la posibilidad de convivir con él; pero que cuando fue elegido Papa, siendo connacional del Papa se encontró con la disyuntiva de descubrir quién es esta persona, o seguir pensando o leyéndolo a través de los viejos códigos del vaticanismo, del periodismo sobre el Vaticano. Yo preferí hacer un camino de descubrimiento de una persona que decía cosas que me chocaban mucho, que me sacudían mucho, que me dejaban dudoso, pero también de otras cosas que me parecían apasionantes y que eran necesarias sobre la forma en que la Iglesia tiene que enfrentarse al mundo de hoy.

Como periodista decidí encontrar a varias decenas de personas que han trabajado con él, que lo conocen desde hace mucho tiempo, y que pudieron ir formando un mosaico de este personaje tan particular y fascinante que es el Papa Francisco. Esto lo plasmé en un crónica, que es el viaje de este periodista, pero que en realidad puede ser el viaje de cada quien para descubrir lo fascinante y lo particular del Papa.

¿Cómo se ve a México desde Roma?
México siempre ha sido un gran recurso para Roma; es decir, ha sido siempre un país muy querido, muy amado por la Santa Sede, y no sólo por Juan Pablo II. Porque tiene una historia de fidelidad católica que no es indiferente para la Iglesia y que ha sido siempre manifiesta. Nunca ha sido considerado México como un problema para el Vaticano, salvo por algunas situaciones particulares que hayan generado preocupación, como la guerra cristera u otros momentos de dificultad. Siempre México ha sido visto como un gran espacio de fidelidad a la Santa Sede y al Papa. Y hoy es así. Y por eso el Papa ha decidido hacer este viaje a México, tan amplio y tan extenso, que muestra precisamente el reforzamiento del cariño entre México y el Papa.

¿Hace ruido la visita de México allá en Roma?
¡No, no! ¡Ruido no, al contrario! Creo que va a ser un gran momento para Francisco porque seguramente va a ser recibido por todo lo alto, y esto va a demostrar que su decisión de ir al profundo México, que ir al sur, al norte y al centro, va a tener una respuesta muy positiva. En Roma hay muchos que siempre quisieron que Francisco visitara México por este cariño que existe, y el Papa finalmente lo decidió y creo que va a ser muy positivo para ambas partes.

Por último, ¿cómo han impactado al Vaticano los atentados terroristas? ¿Qué cambios ha habido en el día a día?
Se ha reforzado la seguridad del Papa; esto lo hemos constatado quienes seguimos al Papa, pero también lo han confirmado sus asesores más cercanos. El Papa es consciente de la necesidad de tener más seguridad, pero no es excesivo, no es algo que impida el contacto de él con la gente. Sí ha habido un reforzamiento en la plaza de San Pedro con algunos móviles militares nuevos, una custodia particular; pero esto es parte de un plan nacional que ya existe y que considera los objetivos sensibles en Italia, no sólo el Vaticano sino también el Coliseo y otros lugares de Roma y de Italia.

Después de los atentados de París evidentemente se alza al nivel rojo la seguridad antiterrorista en todos los blancos potenciales, y el gobierno se mantiene la más alta alerta. Aunque se ha corrido el rumor de que se ha solicitado al Papa que cancele el Jubileo de la Misericordia debido a los eventos que inician el 8 de diciembre, Francisco ha decidido que no sea así porque son cosas que se han planeado con mucha anticipación y que además plantean el desafío de ceder o no ceder ante los terroristas; porque si hubiera qué cancelar cada acto público que el Papa tiene, entonces tendría que estar encerrado siempre en Santa Marta. Yo veo, pues, que el Papa se da cuenta de que sí es importante que haya más seguridad, pero que al mismo tiempo no se debe modificar la vida diaria en torno al Vaticano como consecuencia de los terribles atentados.

Andrés, ¿dónde te podemos seguir, dónde podemos seguir tus crónicas desde el Vaticano?  Sobre todo a través de Vatican Insider, que es un sitio web especializado que une a varios periodistas que descubrimos el Vaticano; y también a través del twitter  @sacroprofano

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