Conoce la historia de un ex moje que lleva más de 50 años edificando una iglesia para glorificar a Dios.
Construir una catedral requiere miles de horas de trabajo, decenas de años, y sofisticados conocimientos de de arquitectura e ingeniería. Por lo tanto cuando te dicen que un hombre semianalfabeta lleva construyendo el solo una catedral suena algo imposible, sin embargo esto es una realidad en un pequeño poblado cerca de Madrid (España). Te invitamos a conocer esta hazaña del ingenio y la fortaleza de un exmonje.
La historia
Don Justo Gallegos nació en 1925, Ingresó con 27 años entra en un convento de clausura de la orden cisterciense. Su permanencia solo duró 8 años, ya que una enfermedad, la tuberculosis, le hace abandonar. Su curación dura un año, tras el cual, vuelve a la vida religiosa. Pero su permanencia, se verá truncad a por la lesión que le ha provocado dicha enfermedad. Decide llevar la vida de contemplación igual que en el convento, aún no estando en él. Entonces siente que debe construir una catedral como su forma personal de honrar a Dios. En 1961, vende algunos terrenos de su herencia, sin conocimientos de arquitectura diseña los planos de una iglesia y empieza la edificación, labor a la que lleva dedicado 52 años.
Al principio le llamaron loco, pero con el tiempo, fue sumando voluntades. Al grado que hace unos años se formalizó un grupo de voluntarios que le ayudan con jornadas de trabajo o recabando esta obra que no cuenta con ningún apoyo de las estructuras de autoridad de la Iglesia.
La catedral
El lugar donde se encuentra ubicada la catedral era un barranco de unos 8 mil metros cuadrados. Para su construcción se han usado, entre otros materiales, ruedas de coches antiguos para dar forma a los arcos, adoquines de carretera para la plaza, y botes vacíos de gasolina apilados en el interior de las columnas. Don Justo llama a su estilo «arquitectura natural». La labor está lejos de ser concluida, aun faltan miles de ventanas por ser decoradas, las escaleras de caracol aún no conducen a ninguna parte, y los suelos y la cúpula gigante siguen incompletos.
La catedral dispone de cinco viviendas para sacerdotes. Y por último, en el jardín del claustro donde Justo dio su primera palada y sus primeros ladrillos se hizo una pequeña capilla, que será ocupada en su día por un nacimiento con María, José, el niño y los tres reyes. Miles de visitantes la han visto, pero solo unas pocas decenas de personas han optado por colaborar ya sea con trabajo, en especie o con dinero.
Describir la majestuosidad del lugar no tendría sentido, mejor te la presentamos en imágenes.
