Por Gilberto Hernández García |

Los obispos mexicanos ya se encuentran en Roma para la visita Ad Limina Apostolorum que harán al Papa Francisco, a partir de hoy 12 de mayo. La última la realizaron al Santo Padre Benedicto XVI en el año 2005.

Desde tiempos remotos, estas Visitas Ad Limina tenían que cumplir con tres requisitos fundamentales: venerar los sepulcros de San Pedro y San Pablo, mantener un cambio de impresiones con el Papa o sus representantes y entregar una relación escrita sobre el estado de su diócesis.

Conversamos con monseñor Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y coordinador de la visita.

¿Cuál es el ánimo que impera entre los obispos ante la visita Ad Limina al Papa Francisco?

Efectivamente, Dios mediante, del 12 al 31 de mayo próximo habremos de realizar la Visita Ad Limina de los Obispos mexicano al Santo Padre Francisco. Los obispos estamos sumamente contentos de poder llevar a cabo este primer encuentro con el Santo Padre Francisco. Su carisma nos entusiasma y nos anima aún más a encontrarlo, hacerle conocer nuestras realidades diocesanas y escuchar cuanto el Espíritu Santo nos diga a través de él.

Dios mediante los encuentros serán por grupos, diez diócesis en cada ocasión. Cada uno de nosotros tendremos un tiempo determinado para hablar y presentar al Papa la realidad de nuestras iglesias particulares.

¿Qué implica un encuentro como éste para ustedes, nuestros pastores?

La Visita, en sus diferentes momentos litúrgicos, pastorales y de fraterno intercambio, tiene un preciso significado para el Obispo: acrecentar su sentido de responsabilidad como Sucesor de los Apóstoles y fortalecer su comunión con el Sucesor de Pedro.

La Visita, además, constituye un momento importante para la vida de la misma Iglesia particular, la cual, por medio del propio representante, consolida los vínculos de fe, de comunión y de disciplina que la unen a la Iglesia de Roma y al entero cuerpo eclesial.

Los encuentros fraternos con el Romano Pontífice y con sus más estrechos colaboradores de la Curia Romana ofrecen al Obispo una ocasión privilegiada no sólo para hacer presente la situación de la propia diócesis y sus expectativas, sino también para tener mayores informaciones sobre las esperanzas, alegrías y dificultades de la Iglesia universal, y para recibir oportunos consejos y directivas sobre los problemas de la propia grey.

Dicha visita representa un momento fundamental también para el Sucesor de Pedro que recibe a los Pastores de las Iglesias particulares para tratar con ellos las cuestiones que se refieren a su misión eclesial. La visita ad limina es así expresión de la solicitud pastoral de toda la Iglesia.

¿Qué significado y repercusiones tiene para los católicos de México que sus pastores se encuentren con el Papa en la visita Ad Limina?

La repercusión de nuestra Visita para el pueblo de Dios la podemos calcular en el beneficio que podrán traer las directrices pastorales concretas que el Papa pueda darnos para nuestro querido País, en relación a la Misión permanente y la nueva evangelización.

Esperamos también con gusto cuanto pueda decirnos el Papa Francisco en el  discurso programático que habrá de dirigirnos el día 19 de mayo a todos los obispos mexicanos.

Indudablemente también nuestro Pueblo estará atento a esta Visita y se sentirá más unido a sus pastores y al Sucesor de Pedro. El testimonio de unidad y cercanía del Romano Pontífice hacia nosotros y de nosotros hacia él será un testimonio que habrá de consolidad nuestra Iglesia.

¿Cuál es el panorama de la Iglesia en México, que ustedes presentarán al Santo Padre?

Cada obispo ha preparado y enviado a la Santa Sede, a través de la Nunciatura Apostólica, un informe detallado de nuestra realidad diocesana. Cada Diócesis tiene su propia realidad y no es lo mismo la Arquidiócesis de Oaxaca a la de Monterrey. Si ciertamente encontramos denominadores comunes no podemos hablar de una sola y única realidad de la Iglesia mexicana.

¿Qué informaciones presentarán?

Los informes que hemos preparado incluyen todas las realidades diocesanas, con todas sus instituciones, con toda su pastoral, con sus esperanzas, luces y sobras.

¿Cuáles son los temas más acuciantes que considera «infaltables» para tratar con el Papa?

México no está exento de la crisis antropológica que vivimos actualmente. Este será seguramente uno de los temas infaltables. Otro temas que por desgracia caracteriza nuestro país es la violencia y la inseguridad. El Santo Padre conoce ya el documento que el Episcopado Mexicano ha presentado al Pueblo de México al respecto: “Cristo Nuestra Paz, para que México tenga vida digna”. Y desde luego habremos de presentar los logros, alcances, sombras y dificultades de la Evangelización en este momento histórico que vivismo en México.

México atraviesa por un momento en el que la violencia lo está marcando hondamente, ¿cómo se planteará esta realidad?

Como ya hemos hecho en el Documento antes mencionado, presentaremos al Santo Padre la realidad que vivimos y las soluciones que proponemos. Esperamos en este sentido alguna orientación que nos ayude a reafirmar la acción pastoral.

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