Por Gilberto Hernández García |
El 12 de agosto celebramos el Día Internacional de la Juventud. Sin embargo, “hoy día, ya no es posible hablar muy simplemente de “la juventud”, porque es casi imposible abarcar el amplísimo marco de realidad y las variadísimas situaciones en que viven los jóvenes, según sean sus raíces y orígenes étnicos, sus influencias culturales y las condiciones políticas, sociales y económicas en las que les toca vivir. Es necesario admitir que conocer y comprender el mundo juvenil no es tarea fácil”.
Juventud y salud mental
La juventud es un periodo de cambios drásticos, y este paso de la infancia a la edad adulta puede ser complicado y plantear diversos problemas relacionados con la salud mental; por eso el tema de este Día Internacional de la Juventud 2014 es “La juventud y la salud mental”, con el lema “La salud mental importa”.
“Esta es una oportunidad para crear conciencia sobre las dificultades que enfrentan las mujeres y los hombres jóvenes, en particular el estigma y la discriminación, y para ayudarlos a alcanzar plenamente sus aspiraciones”, ha señalado la ONU. Los jóvenes con problemas de salud mental son a menudo estigmatizados y discriminados, lo que a su vez puede desembocar en exclusión y desánimo a la hora de buscar ayuda por miedo a ser negativamente “etiquetados”.
Así las cosas, la celebración de este año del Día Internacional de la Juventud se centra en crear una toma de conciencia acerca de esta problemática, así como en difundir las experiencias de jóvenes valientes que se han decidido a hablar sobre este tema con el propósito de superar el estigma y la discriminación. Se trata de asegurar que la gente joven con problemas mentales pueda disfrutar de una vida plena y saludable, sin sufrir aislamiento y vergüenza, y solicitar abiertamente la ayuda y el apoyo que necesitan.
Jóvenes en México: desempleo y falta de oportunidades educativas
Las estadísticas señalan que en México viven casi 31 millones y medio de jóvenes –entre 15 a 29 años–, que representan más del 26 por ciento de la población nacional. Si bien es cierto, como suele decirse, los jóvenes representan la esperanza del mundo, nuestros muchachos y muchachas contemporáneos siguen padeciendo una serie de limitantes que nos les permiten vivir en plenitud, particularmente en lo que toca en educación y empleo.
El INEGI señala que en México, la tasa de desocupación en los jóvenes durante el primer trimestre de 2014 es de 8.4%, es decir, casi el doble a la tasa estimada a nivel nacional para la población de 15 años y más (4.8 por ciento). Un análisis por edad, muestra que los adolescentes de 15 a 19 años (9.8%) y los jóvenes de 20 a 24 (9.2%) tienen el mayor nivel de desocupación. Uno de los problemas que enfrenta la población joven al momento de buscar trabajo es la falta de experiencia laboral: 18.7% de los jóvenes desocupados no cuenta con esta experiencia.
Aunque la educación resulta ser una piedra angular en el desarrollo de la población, en nuestro país se observan fuertes rezagos que deben superarse. Así, el 1.2% de los jóvenes son prácticamente analfabetas; en tanto que casi el 3% no han terminado la primaria. El 8.4% sólo terminaron la educación primaria y el 37.7 llegaron a secundaria; 32% concluyeron sólo la educación media y el 17.9% concluyó la educación superior.
«En el camino de la valentía», exhorta el Papa
Ahora bien, hay buna serie de situaciones conflictivas a las que se exponen los jóvenes: la violencia, la migración, el sin sentido de vida, la falta de espacios de recreación y cultura de acuerdo a sus intereses y aspiraciones; un estilo de vida presentado por los medios de comunicación que no favorecen los grandes ideales y remiten sólo a lo inmediato y placentero.
Ante situaciones como estas, el Papa Francisco durante su pontificado no ha cesado de animar a los jóvenes a no claudicar en su camino de crecimiento humano y espiritual. A los scouts de Italia, recientemente les dijo: “No tengan miedo, no se dejen robar la esperanza. ¡La vida es suya, es de ustedes para hacerla florecer, para dar frutos a todos. La humanidad nos mira y mira también a ustedes en este camino de la valentía”. Y les exhortó: “El mundo necesita de jóvenes valientes, no temerosos. De jóvenes que se muevan por el camino y no que estén detenidos: ¡con jóvenes detenidos no vamos adelante! ¡Qué los jóvenes tengan siempre un horizonte para ir adelante y los que no son jóvenes que vayan a la jubilación! Es triste, ¡es triste ver a un joven jubilado! No, el joven debe ir adelante en este camino de valentía. ¡Ustedes adelante! Esta será su victoria, su labor para ayudar a cambiar al mundo, para hacer un mundo mejor”.
A los jóvenes coreanos, con quienes se encontrará en estos días en la Jornada de la Juventud Asiática, les ha dicho: “Los jóvenes son portadores de esperanza y energía para el futuro; pero también son las víctimas de la crisis moral y espiritual de nuestro tiempo. Por esto me gustaría anunciar a ellos y a todos el único nombre por el cual podemos ser salvos: Jesús, el Señor”.