En el pasaje de los cinco panes y dos peces en el Evangelio, Jesús le dio de comer a la multitud. Hoy día, millones de personas se van a la cama con hambre, aunque en el mundo hay alimentos en abundancia. Caritas trabaja a todo nivel para asegurar que se le dé de comer al hambriento.

Como Confederación de más de 160 organizaciones católicas, Caritas enfoca sus esfuerzos conjuntos en cómo el cambio climático afecta la capacidad de los más pobres y vulnerables del mundo para alimentarse.

Los alimentos son una necesidad básica para todos y la falta de alimentos nutritivos no sólo perjudica la salud, sino que lastima profundamente la dignidad fundamental de la persona. Caritas propugna el derecho a la alimentación, que todos reciban una alimentación nutritiva y adecuada.

Una sola familia humana, alimentos para todos

Desde el año pasado, la Confederación mundial católica Caritas Internationalis  está realizando la campaña Una sola familia humana, alimentos para todos,  cuyo objetivo es terminar con el hambre para el 2025.

Caritas cree que la implementación del derecho a la alimentación en los países en los que no exista es una medida fundamental para eliminar el hambre en el mundo. Caritas elaborará un anteproyecto marco de ley para promover el derecho a la alimentación y que las Caritas nacionales utilizarán luego para animar a sus respectivos gobiernos a adoptarlo. Caritas abogará también ante las Naciones Unidas para conseguir la realización de una sesión sobre el derecho a la alimentación durante la  Asamblea General de la ONU de 2015.

Caritas pide a todas sus organizaciones miembros la creación de objetivos nacionales que aborden los temas de la pobreza en sus respectivos países. Esto podría hacerse, por ejemplo, sobre el tema del desperdicio de la comida, la promoción de la horticultura o realizando acciones de incidencia ante los propios gobiernos.

¿Qué podemos hacer?

El fundamento para cualquier cambio real debe originarse primero y sobre todo en nosotros mismos y en nuestra capacidad de ver el rostro de Jesús en aquellos que padecen hambre. Cuando empezamos a buscar profundamente, en nosotros mismos, nuestro sentir sobre los temas vinculados al hambre, tanto en casa como fuera, nos damos cuenta que solo trabajando como una sola familia humana, con espíritu de compasión y unidad, podremos finalmente poner fin a una grave injusticia: que habiendo alimentos suficientes en el mundo, la gente todavía pase hambre.

 

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