Por Leo García-Ayala |

En el grupo juvenil utilizamos algo que se llama “dinámica interna” para todas nuestras actividades, ya sean charlas, retiros; incluso para las convivencias y el trabajo de apostolado. Es una metodología para crecer de manera integral en nuestros procesos de educación en la fe; en nuestra formación integral.

Esta dinámica interna es una variante de esa forma metodológica que se conoce como “Ver-Juzgar-Actuar”, que los obispos y los pastoralistas latinoamericanos han usado por muchos años para acercarse a la realidad, mirarla con ojos críticos, enfrentarla al querer de Dios y buscar caminos de crecimiento, para ayudar a que el Reino de Dios se haga presente en medio de nosotros.

En otra ocasión les hablaré de esa metodología que, aunada a las herramientas de la educación popular, sigue haciendo que muchos grupos juveniles –y de adultos, desde luego–, dejen de ser grupos de “entretenimiento”, centrados en el puro sentimentalismo, provocadores de muchas lágrimas o de “arrebatos espiritualoides”, sino que busquen encarnar la fe en la vida cotidiana, para comprometernos en la trasformación de la realidad de muerte, algo que tanto nos hace falta en México.

Historias de paisano y paisanas

Quiero compartirles que la semana pasada nuestro coordinador utilizó un apoyo que yo nunca había visto, mejor dicho escuchado, en reuniones juveniles. Se trató de una radionovela; pero una bien hecha: con actores profesionales, efectos de sonido muy reales, que nos metieron en el ambiente que los productores querían transmitir, música de acuerdo a las situaciones, y sobre todo un guión con parlamentos creíbles, nada de cosas rebuscadas.

Esa ocasión reflexionábamos sobre el tema del hambre, y para sensibilizarnos y a la vez ponernos de cara ante esa situación, utilizó un capítulo de la serie “Un paisano me contó”, que se llama “La historia de unos llanos donde morían los paisanos”.

La radionovela narra la vida de los habitantes de un valle que cambió su antiguo nombre por el del hombre que compró las tierras de todos los campesinos. Lo que parecía que iba a ser prosperidad acabó en muerte, porque de pronto muchos de los habitantes empezaron a morir, sin razones aparentes. Tenían curandero, pero no era capaz de hacer nada, había médico, medicinas, pero la muerte no se detenía; ¿qué pasaba ahí? O como dice uno de los personajes: “¿de qué se han muerto los muertos?”

No les contaré en qué acaba la historia, que dura en total unos 15 minutos. Sólo diré que la segunda parte aporta datos sobre el tema a tratar, en ese caso el hambre. Presenta estadísticas, comparativos, ejemplos muy breves que nos hacen pensar y que definitivamente mueven a actuar. El único inconveniente es que los datos son de hace un par de décadas, sin embargo, a los oyentes nos provoca actualizar esos datos, pensar, por ejemplo, qué pasa en México, en nuestro estado, en el entorno más cercano.

La serie que, consta de doce capítulos, está ambientada en cualquier lugar de América Latina; y refleja situaciones que lamentablemente suceden todos los días en nuestros países: el machismo, la migración, la desnutrición, la falta de trabajo, la manipulación de los medios, las sectas, las armas… Se pueden conseguir y bajar gratuitamente de Internet, en la siguiente dirección:  http://www.radioteca.net/verserie.php/501

 

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